The flight of butterflies [KTH-JJK]

Capítulo 4: Los problemas ¿vienen en cadena?

"Un problema casi siempre viene acompañado de otro".

Jungkook leyó el último mensaje y dejó su celular al costado. Revolvió su cabello con ambas manos y frotó su rostro, al hacerlo dio un pequeño salto, su mejilla derecha estaba adolorida y la comisura de su labio ardía al mismo tiempo.

Los domingos, únicos días donde no tenía que ir a la universidad y no tenía una alarma que lo despertara antes de las seis de la mañana, sino a las diez cuando su estómago gruñía en busca de comida que él mismo preparaba desde los dieciocho años cuando se mudó a vivir solo, no se enfermaba con facilidad y la sensación de entumecimiento en el cuerpo le extrañó, forcejeó un poco para intentar moverse a su costado izquierdo.

Permaneció unos minutos mirando al techo de color azul marino, sentía los brazos pesados y también una ligera sensación de mareo, como si todo se acercara y se alejara ante sus ojos empeorando la situación, de mala gana volteó hacia el costado izquierdo y gimoteó de dolor, sus costillas dolían, su torso cayó torpemente contra la pequeña montaña de sabanas a su costado izquierdo y lagrimeó por la presión, le costó unos segundos retomar el aire y ponerse nuevamente boca arriba.

Si no podía levantarse de la cama por el costado izquierdo lo intentaría por su derecha, con ayuda de sus codos se arrastró con suavidad hasta el otro extremo para quedar al borde de la cama. Tragó en seco con la garganta adolorida, forcejeando apoyó sus manos sobre las mantas, se arrimó en sus codos para darse impulso, inhaló aire una vez su cuerpo empezó a cooperar y con esfuerzo logró sentarse.

Permaneció unos segundos en esa posición, con los ojos cerrados, retomando la calma respirando tranquilamente, sus manos torpemente se extendieron hasta la mesita de noche y empujando intentó recuperarse para ponerse de pie, tuvo vértigo una vez estuvo completamente erguido, tambaleando caminó despacio hasta poder apoyarse en la pared. Sus hombros subían y bajaban lentamente, retomó aire mientras permaneció apoyado sobre la pared y caminó sin ganas hasta el baño que estaba a unos pocos pasos de su escritorio, aun apoyando sus manos sobre la pared.

Abrió la puerta y lo primero que encontró fue el lavamanos, frotó sus ojos para aliviar aquella sensación de ver objetos moverse a su alrededor como si todo estuviese girando, pestañeó varias veces y finalmente sus manos alcanzaron el lavamanos, con la cabeza gacha esperó un momento y finalmente elevó su rostro hacia el espejo viendo por primera vez en la mañana su reflejo, lucía más pálido de lo habitual y su mejilla traía una mancha violeta, que dudó en tocar, la comisura del labio traía una herida pequeña, la punta de su nariz estaba enrojecida y su cuerpo tenía la sensación de calor, muy diferente a su temperatura normal.

No dormía con la parte superior del pijama pero aun así, se sentía sofocado. No tenía medicación en casa además de alcohol antiséptico y desinfectante para manos, en su despensa nunca guardó analgésicos o pastillas para el dolor muscular, desde que vivía solo nunca había tenido un resfriado grave.