Capítulo 23: Abrigo

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«Se tenían en aquel miedo de aprender a volar sobre el dolor».

«Se tenían en aquel miedo de aprender a volar sobre el dolor»

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9 de julio del 2016

Un poco antes de las 4 a.m

—¿Taehyung? —balbuceó Jungkook medio dormido, el costado izquierdo de la cama estaba vacío. La habitación aún lucía opaca, el pelinegro se levantó haciendo un esfuerzo por diferenciar entre los muebles y la oscuridad, entonces escuchó la cadena del baño que estaba al fondo del estrecho pasillo.

—¿Estás bien? —soltó al vacío, saliendo de la habitación. Entonces la tos seca de Taehyung interrumpió y Jungkook abrió los ojos cuando pudo reconocer la voz del castaño—, ¿Taehyung, estás bien? —su voz salió bajita al igual que el toque suave que dio una vez llegó a la puerta del baño.

Otro sonido ronco.

—Taehyung, voy a entrar, ¿de acuerdo? —anunció Jungkook con el corazón apretado y al dar vuelta a la manija, lo encontró con las manos pegadas al costado de la taza del inodoro y el cabello rizado revuelto en un completo desastre, enredado entre las mismas hebras.

Jungkook se quedó ahí, con los ojos abiertos sin poder responder o siquiera moverse. Una luz bajita entraba por la ventana alargada y rectangular que se extendía desde lo alto de la pared, gracias a ella el pelinegro pudo ver el mal semblante del castaño. 

De nuevo Taehyung sacó lo que tenía en el estómago y una vena se marcó en su cuello cuando una tercera ronda de vómito logró salir, esta vino acompañada por una tos ronca, el castaño soltó la mano derecha que sujetaba el retrete y la llevó hasta su cabello para apartarlo de la frente sudorosa.

—Mierda —mascullo Jungkook y tirándose al piso se pegó a Taehyung, sujetando la frente del castaño mientras él y su estómago seguían devolviendo la comida, el corazón de Jungkook no pudo evitar hacerse pequeño, no se atrevió a mirar hacia el inodoro. Solo sujetó la frente de Taehyung para que estuviera más cómodo. Sentía como la piel del castaño se tensaba bajo sus manos, como si algo palpitara en su frente.

El contrario tosió una última vez y de a poco fue recobrando el aliento. El interior de su boca tenía un sabor amargo y su estómago ardía desde sus adentros. Era un completo desastre, aunque Taehyung no podía ver con claridad como lucía el rostro de Jungkook en ese momento, supo que el pelinegro estaba asustado.

—Está todo bien, no te preocupes —susurró buscando con su mano la de Jungkook en medio de la oscuridad y al encontrarse con la temperatura cálida, la sujetó como si en verdad todo estuviera bien.

—Taehyung —la voz del pelinegro se rompió cuando entrecruzó su mano con la del castaño, estaban más frías de lo normal, aunque de su frente escurría una fina capa de sudor.

El castaño forcejó la garganta.

—Todo está bien, no te asustes —le repitió dejando escapar un suspiro agotador —, la comida de Jungseo me cayó mal —le explicó, aferrándose a la mano de Jungkook mientras cerraba los ojos para que las últimas lágrimas involuntarias cayeran —. Son solo náuseas por la comida pesada, no hay nada de qué preocuparse.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora