Capítulo 11: Déjame sostener tu mano

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"Un alma nunca olvida aun después de la muerte".


Mamá solía decir que cuando tenemos miedo es normal esconderse, pero no nacimos para ser normales, somos algo más de lo que la palabra 'normal' puede definir y tenemos que encarar ese miedo

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Mamá solía decir que cuando tenemos miedo es normal esconderse, pero no nacimos para ser normales, somos algo más de lo que la palabra 'normal' puede definir y tenemos que encarar ese miedo. Ahora Jungkook estaba seguro que Taehyung ocultaba sus sentimientos debajo del abrigo, pudo notarlo cuando el castaño se alejó con un destello inusual en la mirada que no había visto antes.

Aunque él brillara a veces su brillo podía dañar el corazón de Jungkook.

Martes, cinco y cincuenta de la mañana. Jungkook esperaba frente al tocador, con el torso desnudo y el fino cabello negro de coco, despeinado, veía con atención su piel que aparentaba estar bien, el moretón en su costilla desapareció al igual que el malestar, y aunque en su pecho no encontró ninguna herida, tenía dolor.

—¡Estás revolviendo todo lo que había ordenado, Taehyung, y aun así me consideras un juego perdido! —vociferó Jungkook mirándose al espejo. Tenía ojeras que le llenaban el rostro, la noche anterior al regresar de la azotea no pudo pensar en nada más que el aliento frío de Taehyung y su voz hiriente al apartarse.

—¿Mis sentimientos son un juego para ti? —sollozó dejándose caer lentamente con las manos aferradas al borde del lavamanos.

Esa mañana Jungkook tomó la ropa que apareció primero en el armario, pantalones de mezclilla ajustados de color negro zapatos de caña alta del mismo tono, una camisa blanca con cuadriculas grises más larga y ancha que de su talla, y la chaqueta de cuero negra que siempre estaba en la entrada.

Fue hasta la universidad, esperando encontrar a Namjoon en la silla a su costado, pero por segunda vez el moreno no estaba. Un nuevo día atrapado en la ridícula clase de Ética, nadie con quien le interesara conversar en la silla a su izquierda, nada además del bolígrafo con el que daba repetitivos piquetes contra la mesa.

Miraba la puerta del salón deseando que el tiempo corriera rápido y así poder salir de la facultad, para buscar a Taehyung en el salón de prácticas, luego iría al columpio y cómo última opción se adentraría en la quebrada si le daba algo de tiempo, tenía un plan bien montado en su cabeza, que se esfumó en un minuto, cuando vio al rubio escondido bajo la capucha de la sudadera amarilla esperando en el marco de la puerta, de nuevo con una nota que Bogum recibió por tener el asiento junto a la salida.

Jungkook abrió los ojos y sin pensarlo dos veces fue hasta el lugar de Bogum.

—¿Tienes un pretendiente que te da cartas, Jungkook? —sonrió Bogum con voz burlona, entregándole el nuevo pedazo de papel doblado. Jungkook lo llevó hasta el pecho y regresó a su silla, aguantando la mirada ardiente del maestro sobre su espalda. El pelinegro no le dio importancia, y sobre la mesa puso la nota pequeña que abrió con prisa. Por tercera ocasión, la misma letra e iniciales: "PJ" al final de la hoja, con un texto corto: Ve a la calle que conecta a la universidad por detrás del estacionamiento. 6:45 p.m. Cerca de la cafetería spring. Jungkook arrugó la hoja y la guardó en la mochila.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora