Capítulo 20: Esbelta blanca

880 128 74
                                    

La vida es como un resorte, entre más intentas huir de algo, más fuerte es el golpe cuando te atrapa.

El amor es un resorte.

Y Taehyung huía del amor.

Cuánto había intentado apartar a Jungkook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuánto había intentado apartar a Jungkook. Con la temperatura fría de sus manos, su mirada oscura, la pared invisible que creaba cada vez que quería evadirlo, con el sonido de su violín. Con sus grandes abrigos que no dejaban ver sus sentimientos.

Pero no lo había logrado...

Ahora el lindo chico de cabello y ojos negros, caminaba a su lado, con las manos entrelazadas, y la mirada perdida en el estrellado cielo azul oscuro de esa noche. Sujetando con suavidad las palmas callosas que Taehyung tenía, abrazando las cicatrices que sus dedos conservaban por tocar el violín.

Jungkook caminaba junto al chico de los grandes abrigos que guardaban secretos igual de pesados que las elegantes telas.

—Cuando era niño, solía pedir deseos a las estrellas —dijo Taehyung, dando una caricia en el mentón de Jungkook para atraer su atención. El pálido sonrió al sentir el toque en su piel.

—¿Qué pedías? —le preguntó con una sonrisa pequeña, sin dejar de mirar el cielo.

—Quería encontrar una mariposa, una bonita —respondió Taehyung —, una que no se marchara cuando intentara tocar sus alas.

—¿La encontraste? —prosiguió Jungkook. Taehyung solo asintió, relamiendo los labios y regresándole la mirada.

—Tú eres mi mariposa —le confesó en voz baja —. Tú eres mi mariposa, una bonita blanca esbelta, de tersa piel pálida con una pequeña mancha negra en el ápice de sus alas, similar a tus ojos —. Eres la mariposa que había pedido porque al tocar tus alas no te marchaste.

Taehyung la había encontrado. Había encontrado a su mariposa de verano.

—No —le susurró Jungkook, acariciando la mejilla de Taehyung —. Las mariposas se van, y yo no voy a irme —le dijo con suavidad.

Entonces se encontraron cuando sus miradas chocaron, y no podían dejar de sonreír el uno al otro, con un destello en sus ojos, que pudo decir todo lo que ellos no lograban hablar, sin decir una palabra sabían que los dos sentían lo mismo.

Se habían encontrado, una mariposa de alas cansadas y un chico de abrigos grandes.

—No quiero que te marches —respondió Taehyung en voz bajita, casi para sí mismo.

—No voy a irme —le contestó Jungkook con un suspiro —, nunca voy a irme.

Para Taehyung, Jungkook tenía la misma pureza en la mirada similar a las alas de una esbelta blanca.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora