Capítulo 30: Efecto mariposa

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"Como el efecto mariposa, así fue como todo terminó
en un desastre de corazones rotos".

—Tranquilo —susurró el castaño, aunque sus manos también temblaban no dudó en estirarlas un poco para sujetar el dorso de las manos del pálido, jugueteando primero con su dedo meñique

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—Tranquilo —susurró el castaño, aunque sus manos también temblaban no dudó en estirarlas un poco para sujetar el dorso de las manos del pálido, jugueteando primero con su dedo meñique. Una sonrisa se les escapó mientras se miraban.

—¿Cómo puedo estar tranquilo? —susurró Jungkook.

—Todo va a salir bien —le sonrió Taehyung mientras asentía con la cabeza.

Y cuánta calidez le regaló ese simple gesto al corazón de Jungkook. El castaño abrió la puerta de madera y esta rechinó como siempre. Su padre no tardó un minuto en aparecer al costado de la enorme puerta que llevaba a la sala, con una expresión apacible pero mirando de pies a cabeza las manos de Taehyung, que estaban perdidas en las del chico de gorra negra.

El castaño tragó en seco y con la mano que tenía libre apretó la solapa del abrigo azul marino. Un dolor en el pecho apareció quemando desde sus adentros hasta llegar a su garganta.

—¿Dónde estabas?

Jungkook apretó la mano de Taehyung por instinto y sus ojos se cerraron.

El castaño miró al hombre frente a él, con los brazos cruzados por el pecho y la quijada apretada. Ay. Pero no respondió solo lo miró con ojos tibios y los labios intentando moverse pero sin poder articular una palabra.

—Lee vino a buscarte —le comentó su padre y ante el silencio que apareció entre ellos le volvió a decir —. ¿Estás siendo racional, hijo? —preguntó, sin levantar la voz, sin endurecer el rostro siquiera.

Taehyung se relamió los labios.

Él sabía, quizás el nuevo instructor de flauta estuvo en la mañana, esperando por él, y quizás unas cuantas personas más, de todas formas se había acostumbrado a la mala cara del señor Lee, no le dolió siquiera en imaginarla. Pero la culpa llegó solo cuando pensó en el nuevo instructor de música.

—Fuimos a ver el mar —respondió Jungkook, con la cabeza gacha y la vergüenza escalando por su cuello haciendo que no pudiera levantar la mirada.

El hombre lo miró con serenidad y quitó la atención de Taehyung para hacerse a un costado y dejarlo entrar.

—Taehyung —lo llamó su padre, antes de cerrar la puerta detrás de ellos —. No olvides la condición —le dijo, mientras levantaba una ceja.

Taehyung no dijo nada. Solo percibió el aroma de las velas con esencia de vainilla, que como de costumbre encendían, en el candelabro de mesa del comedor.

—Lo siento —susurró Jungkook, reteniendo la mano de Taehyung antes de que pudiera dar un paso.

—Está bien —le sonrió —. Está bien si estoy contigo.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora