[ Primera parte]
23 de diciembre del 2017.
—Cuando muera... no quiero irme durante el invierno —susurró Taehyung —. No quiero irme junto al frío de la nieve, Jungkook.
El pelinegro levantó la mirada, el vapor del café negro le calentó la punta de la nariz. Y en ese momento no supo cómo sentirse, no supo qué decir, nada además de ver el perfil de Taehyung mirando al otro lado de la ventana. La nieve cubría los rosales marchitos que el invierno había roto. Tan rotos como la existencia de Kim Taehyung.
—¿Qué estación te gustaría? —su voz salió suave, al igual que su mirada tibia.
—Otoño... me gustaría el otoño, para regresar en cada cambio de estación. Para mezclarme con las hojas secas —sonrió, mientras giraba la silla de ruedas hacia el comedor, donde le esperaba la señora Michaels.
Jungkook pasó saliva, sí, todavía no se acostumbraba al ruido que hacían las ruedas de la silla al girar. O más bien, todavía no se acostumbraba a ver a Taehyung en una silla de ruedas, a ver la manta sobre sus piernas, sus puños tan aferrados al reposabrazos cuando aquellos movimientos llegaban a romper su paz. Cuando no sabía qué hacer ante los tics que solo regresaban a romper su corazón.
—El doctor vendrá a verte mañana —dijo la señora Michaels, jugando con el cabello del castaño.
Los rizos ya no estaban, el cabello tan alborotado se había ido. A decisión propia de Taehyung, porque cuando su cabeza se movía contra su voluntad, sentía que el cabello rizado era como grandes lianas que asfixiaba su cuello. Y Jungkook, a decir verdad, lo extrañaba, aunque no había cambiado mucho, ya no era tan largo, ya no llegaba hasta el puente de la nariz, era casi liso pero todavía se despertaba en las mañanas para peinar el cabello de Taehyung, y cuando algunos mechones de cabello empezaban a cruzar por el puente de la nariz, Jungkook sabía que era momento de cortarlos.
—¿Tuvo un paciente nuevo... en estás épocas del año? —preguntó Jungkook, arrugando el entrecejo. Porque hasta ahora, Kim Taehyung era el único hombre del vecindario que recibía cuidados todos los días.
—Es año nuevo —respondió Taehyung —. Debe estar con su familia —dijo entre susurros, con la voz tan bajita que la garganta le dolió.
Quizá Taehyung mentiría al decir que la idea de tener una familia no cruzó por su mente cuando conoció a Jungkook.
Quizá Taehyung mentiría al decir que nunca deseó escuchar la primera risa de un bebé resonando en casa, un bebé, su bebé... quizá mentiría al decir que nunca pasó por una tienda y se quedó mirando a través del cristal, pensando en cómo se vería ese pequeño conjunto azul después de bañar a su hijo o hija.
Quizá Taehyung mentiría al decir que nunca grabó algunas de sus melodías con el violín, para escucharlas cuando su hijo no pudiera dormir en medio de la noche, o buscar un vaso de leche tibia para beber en la noche mientras le cuenta un mal sueño, y él lo aliviará con su música mientras platicaban.
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The flight of butterflies [KTH-JJK]
Fanfic¿Has sentido la suave brisa que deja una mariposa al volar? La muerte de la madre de Taehyung le enseñaría lo precioso del silencio, desde ese día se esconde en sus grandes abrigos o en el sonido de su violín. Jungkook quien quería que el mundo cami...