Capítulo 6: Trampolines del infortunio

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"Todos deben conocer tu voz".

Algunas cosas pueden devolver el gusto por vivir a una persona, libros, música, arte, estudios, viajes, cada quién encuentra la manera de restaurarse a sí mismo con cosas pequeñas, ese proceso enredado de perderse y encontrarse suele tardar meses,...

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Algunas cosas pueden devolver el gusto por vivir a una persona, libros, música, arte, estudios, viajes, cada quién encuentra la manera de restaurarse a sí mismo con cosas pequeñas, ese proceso enredado de perderse y encontrarse suele tardar meses, días o incluso años y muy pocas veces demora menos de un segundo, ¿qué sucede cuando encuentras ese alivio en un par de ojos negros?

Cuando sientes unos brillantes ojos negros que arrullan sin siquiera enfrentarlos.

Así se sentía Taehyung en el preciso momento que su mano chocó con la palma cálida del pelinegro, el temblor en sus hombros desapareció al igual que el pesado ambiente y el malestar en la garganta dejó de incomodar, como si aquellos ojos negros, absorbieran por un momento los malos pensamientos.

En ese lugar, el desordenado dormitorio, con frascos pequeños de pinturas rodando hasta llegar a sus dedos, tablas rechinantes con aroma fresco de cera, perfume mezclado de la ropa tendida en el piso, ese ere el lugar donde Taehyung se sentía como en casa, y no por la habitación sino por aquellos ojos de color negro que lo miraban con paciencia y calidez.

Taehyung se aferró a la mano de Jungkook con la misma fuerza con la que el pálido lo sostuvo.

Mamá solía decir que el tiempo es fugaz cuando sostienes las manos correctas.

Para Jungkook aquel contraste de temperatura lo acompañó de regreso al viejo columpio, observó la punta de sus pies caminar en la acera, no sabía por qué estaba sosteniendo la mano del castaño y por qué él contrario lo permitió, pero no sentía incomodad mientras sujetaba las frías manos de Taehyung, la temperatura baja empezó a mezclarse con la de su cuerpo, dándole un poco de frío, una sensación fresca que gracias a la brisa del viento le permitió distinguir el aroma a jabón con esencia de menta, proveniente del castaño, mientras tanto Taehyung se aferraba a él, caminando a su costado con la cabeza gacha, ocultando sus ojos marrones debajo de las hebras de cabello rizado que le llegaban hasta la frente.

Caminaron sin hablarse, Taehyung no conocía el lugar o las calles de alrededor, la temperatura fría de su mano no había aumentado, y aunque sintió la compañía de Jungkook abrigadora, se cuestionó más de una vez si debía o más bien si merecía estar en medio de la calle, caminando tan tranquilamente, con una nube gris sobre su cabeza, sujetando la mano del pelinegro, intentando no ruborizarse o peor aún correr de vuelta a casa.

Sostener la mano de Jungkook, era como sujetar sus miedos.

Una vez llegaron al viejo columpio, Jungkook liberó la mano fría de Taehyung, quien la bajó con lentitud, hasta guardarla nuevamente en el bolsillo del abrigo intentando darse cobijo.

—¿Has sentido la brisa que deja una mariposa al volar? —preguntó Jungkook agitado.

El sonido de hojas romperse llamó la atención de Taehyung, Jungkook se detuvo junto al viejo columpió y devolvió la mirada hacia el castaño, quien no respondió nuevamente y permaneció en silencio, apartado tres pasos del columpio. Respirando bajito con las manos en los bolsillos y la mirada clavada en Jungkook y sus radiantes ojos negros.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora