Capítulo 33: Centímetros rotos

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Pero yo mentiría
Yo escondería cada
centímetro de mi amor

Jungkook estaba mentalmente agotado y físicamente destruído

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Jungkook estaba mentalmente agotado y físicamente destruído.

—¿Cuándo vas a leer la nota? —se quejó Yoongi, mientras revolvía la comida en el plato —. No pasé una semana entera pensando algo nuevo, Jungkook —le reprendió el mayor.

Jungkook solo se encogió de hombros. Para ser honestos, ya muy poco le importaba lo que esa pesadilla quería decir. El destino nunca estaba a su favor, la vida nunca se detenía a preguntarle si la estaba pasando bien o al menos si podía tolerar más.

—¿Es muy diferente a lo que tenía? —preguntó Jungkook, de mala gana. No tenía fuerza, necesitaba dormir lo suficiente, en verdad la espalda le quemaba por pasar frente a una computadora desde la mañana hasta la madrugada del siguiente día.

—Algo, un poco desordenado —respondió Yoongi, se pasó la mano por el cabello, para peinarlo hacia atrás —. Bueno, si te hace tanto daño podemos solo olvidarla... —le dijo, con un susurro bajito. Como si intentara consolarlo con su voz.

Jungkook asintió.

Estaba cansado, pero también huir lo agotaba. Ya todo daba igual.

—Quiero escuchar, estoy bien —le dijo, alzando los hombros un poco.

—Bueno, aquí vamos —suspiró Yoongi. Del bolsillo de la sudadera gris sacó un pedazo de papel, doblado cinco veces y un poco sucio por los tachones que se podían ver al transverso del papel.

A Jungkook se le detuvo el corazón un poco. Tan solo un instante.

Me refugio en esta forma, como un pétalo de cristal en el aire —empezó Yoongi —. Oculto entre el campo —una ceja se enmarca en su rostro —. Por favor, enséñame a respirar —Yoongi aclaró su garganta —¿puedes hacerlo mejor con las luces encendidas? —. No entiendo... he intentado mezclar esta pregunta pero no encuentro sentido.

Ambos se miraron, pero el mayor se relamió los labios y continuó.

Me recordarás cuando los vientos del oeste lleguen moviendo las espigas, yo estaba allí —Yoongi aspiró hondo y le ofreció la nota doblada a Jungkook.

El pelinegro lo tomó.

—Tengo miedo —soltó Jungkook. Y Yoongi lo vio temblar, quedito. Con los puños bien apretados mientras sostenía la nota —. La realidad me asusta —alcanzó a decir. Y entonces una lágrima se deslizó por su mejilla.

—Solo son sueños —interrumpió Namjoon, al otro extremo de la mesa —. Solo eso, Jungkook, no pueden hacerte daño —y aunque el moreno intentó, la voz que salió en ese momento, no fue dulce. Sino un poco rasposa.

—No... no lo entiendo —Jungkook posó los codos en la mesa y dejó que su cabeza se pegara a sus brazos. Como si quisiera dormir. Sus pesadillas siempre lo dejaban agotado, pero ahora lo perseguían cuando estaba despierto.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora