39: El valor de las mariposas

596 38 12
                                    

"Ha pasado un tiempo, sin vernos"

Y Jungkook lo reconoció.

—Deben gustarte mucho las mariposas —el hombre al otro lado del mostrador le habló con voz suave, mientras terminaba de envolver el frasco de vidrio —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Deben gustarte mucho las mariposas —el hombre al otro lado del mostrador le habló con voz suave, mientras terminaba de envolver el frasco de vidrio —. Nunca había conocido a alguien con tanta afición por las mariposas —sonrió mientras acomodaba un listón azul, y entonces levantó la mirada con la espalda gacha.

—No son para mí —respondió Jungkook, sonriendo de labios, apenas —. Yo sé de alguien que ama aún mucho más las mariposas, señor —buscó el dinero que tenía en el abrigo, quizás el último billete del día.

El aroma extraño que siempre le embriagaba llegó a su nariz de golpe, la estantería llena de frascos y la dulce mirada de Taehyung dibujada en su mente, hizo que Jungkook lograra encontrar paz en medio de aquella tienda con repisas llenas de mariposas.

—Sabes que no lo hago por diversión —le dijo el hombre, mirando los frascos de vidrio en las estanterías, sintiendo culpa por las pequeñas sin vida—, muchas de estas pequeñas están aquí porque sus alas se han roto... he logrado ayudar a algunas, claro —le contó el hombre con voz tibia, y un aire de quietud en medio de sus palabras —, pero aquellas que no lo logran, no tienen porque vivir en agonía mientras se agota la última esperanza, ¿no crees?

Jungkook se encogió de hombros.

—Claro.

"Claro"

Cómo si aquello fuera tan fácil, como si aceptar que las alas de una mariposa han llegado a romperse, fuera tan fácil. Entonces salió de aquella tienda de variedades, que en realidad solo Jungkook visitaba, y sintió su corazón quemarse desde adentro, sintió aquella sensación desprenderse por todo su cuerpo, su garganta, sus manos, sus piernas, sin darse cuenta, se vio a sí mismo de cuclillas, aferrado al frasco de vidrio con fuerza y con lágrimas secas sobre las mejillas. Oh, el otoño había llegado, y solo él sabía lo que eso significaba.

—Agonía... —suspiró con la voz rasposa mientras veía las hojas secas en la acera.

Cuando las alas de una mariposa se rompen, no solo es ella quién vive esa agonía, y Jungkook lo sabía.

El camino a casa, siempre había sido amargo a decir verdad, nada podía compararse con la sensación, nada podría compararse con aquel sentimiento desgarrador de terminar el trabajo e ir a casa, muchas veces llegó a plantearse si habría sido lo suficientemente malo en esta vida o en las anteriores, para que el destino le castigara de esa manera, para que el amor y la felicidad le dieran la espalda de tal forma que se encontraría varado sin una pizca de esperanza, solo... tan solo con la idea de aferrarse a algo que ya estaba marchito, muerto, y cuidar de aquello, cuidarlo con toda la esperanza que tenía, con aquella fe ciega.

El invierno había terminado, el invierno tomado de la mano con otras estaciones solo lo abrazaban como una sentencia, un juicio del que Jungkook sabía el veredicto final, porque aunque no era el juez, se proclamó justo al entender que no podría retener una vida que hace mucho había terminado, y entonces deseó con todas sus fuerzas tener el coraje de aquellas mariposas, y volar alto, tan alto que las pesadillas de dolor no llegasen a alcanzarlo, deseó irse tan lejos hasta que su corazón encontrará paz, deseaba tener toda la valentía que ellas tenía.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora