Capítulo 2: No te buscaré, vendrás conmigo

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«Es curioso cómo la mente humana puede convertir algo pequeño
en algo grande, incluso los problemas».

«Es curioso cómo la mente humana puede convertir algo pequeñoen algo grande, incluso los problemas»

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«Taehyung... así que Taehyung» sonrió Jungkook soltando aire y llevándose la mano hasta el mentón. Su sonrisa se esfumó cuando recordó que no conocía a nadie con aquel nombre. No iba a negarlo, le causó gracia ver como el castaño de estatura alta se alejaba a pasos agigantados, con el abrigo cubriéndole hasta la mitad de la pantorrilla, dejando ver solo los mocasines verdes.

Descansó unos minutos en la banca que estaba cerca del arbusto y levantó la mirada hacia el cielo, topándose con el resplandeciente sol de las cinco de la tarde, por reflejo elevó la mano para cubrir sus ojos del destello.

«¿En realidad era tan malo interrumpir?» se cuestionó Jungkook golpeando la libreta contra su rodilla que quedaba descubierta gracias al descolorido pantalón jean. «¿Taehyung estaba exagerando?», se preguntaba agitando la pierna de arriba a abajo.

Jungkook solía embarrarse en líos, pero siempre tuvo en quién apoyarse. La figura más cercana a un hermano: «Namjoon». El chico de piel canela y brazos fuertes, dueño de una reconfortante voz grave.

Jungkook, un chico con estilo de vida ligero, cabello negro tan similar al de la mariposa que encontró dibujada en la libreta. Corriendo de un lado al otro, siempre moviéndose bajo alguna estrategia o plan.

Sintió el cosquilleo de su celular vibrar en el bolsillo de sus pantalones. «Llamada entrante: Namjoon». Jungkook abrió los ojos con brusquedad cuando leyó el nombre en la pantalla. Sus amigos lo estaban esperando en la cafetería y llevándose la libreta al pecho se echó a correr mientras sostenía el tirante de la mochila. En el camino de regreso mantuvo aquella culpa en el corazón por incomodar al castaño. Un nudito en la garganta.

—¡Namjoon! ¡Namjoon! —soltó el pálido agitado cuando abrió la puerta de la cafetería y todos le pusieron atención.

—Jungkook... tranquilízate nos están mirando —respondió apenado, llevándose un dedo hasta los labios en señal de hacer silencio. Tomó con suavidad la muñeca del azabache y retiró la silla que estaba a su costado para permitirle tomar un lugar en la mesa.

—Solo hay cuatro personas —balbuceó Jungkook de mala gana, mirando el interior de la cafetería, mientras se sentaba logró recuperar el aliento.

—¡La libreta! —suspiró en queja —. ¿Conoces al dueño de la libreta? — soltó estampando la palma de las manos sobre la mesa haciendo que las tazas y el café cargado de Namjoon se sacudieran, llamando la atención de su amigo y una tercera persona que compartía la mesa, quién levantó apenas la cabeza.

Namjoon regresó la mirada hacia Jungkook y el simple accionar hizo que el pelinegro retirara las manos cuando se topó con la mirada profunda de ojos cafés.

—Te daré una respuesta cuando dejes de gritar —añadió Namjoon regresando la atención al café cargado.

Jungkook se encogió de hombros y guardó silencio escondiendo las manos entre sus muslos.

The flight of butterflies [KTH-JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora