"La vida real es más aterradora que los sueños".
Sus hombros subían y bajaban inquietos, la baja temperatura en su piel le dio escalofríos, sentía el cuerpo entumecido como si hubiera despertado después de años cuando en realidad sólo habían pasado cinco minutos dentro de aquella pesadilla. Miró a la habitación confundido, de lado a lado, las pinturas regadas, los pinceles recién lavados, la venda caída en el suelo, todo parecía estar igual. Estaba completamente despierto pero la angustia y las ganas de llorar no desaparecían.Llevó su mano hasta la costilla izquierda donde hizo presión, dio un pequeño salto al sentir cosquillas acompañadas por ardor, todavía no había visto como lucía el dibujo del girasol sobre su piel, pero no le importó frotarse por sobre la ropa para amortiguar el dolor.
—Taehyung, necesito encontrar a Taehyung, debo encontrarte antes de que suceda otra vez —susurró sin fuerza.
Jungkook encogió las piernas y llevo sus rodillas hasta el pecho, suspiró y las rodeó con los brazos, apretando fuerte, dejando una marca rosada alrededor de las muñecas, meciéndose de adelante a atrás, dejó que las últimas lágrimas cayeran, calmando de a poco su respiración.
Mamá solía decir que la vida real es más aterradora que los sueños.
Jungkook le creía, creía todo lo que su madre decía. También tenía una libreta vieja de dibujos, a diferencia de Taehyung, su libreta no tenía bonitas mariposas a acuarelas de varios colores, o incluso una firma o dibujos con el 'efecto cristal', Jungkook utilizaba un cuaderno pequeño en espiral para dibujar sus sueños, las repetitivas y espantosas pesadillas.
"Tira esa vieja libreta, no traerá nada bueno"
Decía su padre, y aunque Jungkook obedecía casi todo lo que los adultos decían nunca se deshizo de la libreta, al cumplir seis años la escondió atrás de la estantería de la sala para que en la limpieza de primavera nadie pudiera encontrarla y así todos pensaran que la había tirado por su cuenta. Días después de la limpieza, logró ocultar el cuaderno y llevarlo nuevamente a su habitación donde permaneció oculto en lo profundo del armario.
Las ojeras que el pelinegro cargaba apenas marcadas en su rostro las había conservado desde los cinco años porque se negaba a dormir con temor a encontrarse con aquella oscuridad.
Tormentas que crecían atrapando a Jungkook en medio arrastrándolo hasta llegar a una profunda oscuridad o habitaciones sin salida, olas negras como montañas que terminaban llevándolo hasta el fondo del mar, bosques oscuros con ramas secas que terminaban envolviendo a Jungkook como una enredadera dejando cicatrices en sus mejillas que incluso permanecían hasta el día siguiente, inundaciones que terminaban por ahogarlo. En cada sueño se topaba con una oscuridad que iba y venía como oleadas, siempre dejándose llevar.
Todas esas pesadillas las dibujaba al despertar en su pequeño cuaderno espiral de pasta blanca, con un bolígrafo de tinta negra o un lápiz, cual sea que encontrase primero en su mesita de noche al extender el brazo tanteando. Dibujos hechos por un niño de cinco años que aunque eran aterradores para Jungkook, se veían atractivos para los demás a excepción de su padre, hermanastros y su antipática madrastra.
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The flight of butterflies [KTH-JJK]
Fanfiction¿Has sentido la suave brisa que deja una mariposa al volar? La muerte de la madre de Taehyung le enseñaría lo precioso del silencio, desde ese día se esconde en sus grandes abrigos o en el sonido de su violín. Jungkook quien quería que el mundo cami...