Capítulo XX

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Narración general

La indecisión la tenía muy nerviosa. Karito por un lado sabía que quizás no era del todo honesta con sus propios sentimientos, pero por otro tampoco quería dejar todo el peso de lo malo a Shikamaru por su felicidad, sería algo así cómo cambiar la suya por la de él.

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Temari recién había terminado de cenar, se había retirado a su cuarto pues quería dormir temprano, los últimos días habían resultado agotadores y necesitaba un buen descanso.

No recordaba cuándo su vida se volvió tan complicada, o si por lo menos alguna vez fue sencilla.

La rubia estaba consciente de que no era el centro del universo y por obvias razones no era el centro del universo. Aún así el hecho de que las personas pensaran que por ser hija de la familia Sabaku No tenía una vida más sencilla, así que su sangre hirviera de rabia, detestaba esos juicios apresurados que la gente sacaba acerca de su persona.

Recordaba lo que le dijo a Shikamaru, tal vez ella también sacó un juicio adelantado, pero no era su culpa, no del todo al menos, más que nada era por la forma en la que fue educada y enseñada por la sociedad.

Desde que era pequeña siempre se le enseñó un estándar considerado el correcto, establecido por la sociedad para la pareja, para los amigos y para básicamente cualquier comportamiento de su vida cotidiana y no cotidiana.

Podrían considerarse cómo tonterías, pero para ella eran su modelo de educación.

Es por ello que rechazó a Shikamaru, él era según todo lo que le habían enseñado a Temari un niño, alguien con la edad de su hermano menor Gaara. Sin embargo ese beso en el restaurante y el segundo en la discoteca, sin dudas le habían hecho abrir los ojos. Se había enamorado de ese niño, de ese niño con peinado de piña, de ese niño al que todo le fastidia, de ese niño que se notaba tenía una gran inteligencia, se notaba que era muy educado, aunque al mismo tiempo tenía un toque machista en su personalidad. Seguramente no era su culpa, tal vez también se debía a la forma de su crianza.

En todo caso, no había nada que fuera capaz de hacer, lo único que le quedaba era resignarse y vivir con las consecuencias de sus acciones. Tampoco era justo para Luke, él siempre se portó amable y muy amoroso y lindo con ella, cómo todo un caballero y además era bastante guapo, quizás no era Shikamaru pero, tampoco era que tuviera algo que envidiarle.

Luego estuvo aquella vez, aquella en la que vió a Shikamaru con esa castaña de ojos índigo, verla besando a Shikamaru fue el equivalente a un puñal por la espalda, quizás nunca lo reconocería a viva voz al resto del mundo. Ese día, sintió celos por primera vez en toda su vida, al menos, los sintió con un nuevo nivel de intensidad, de ver a esa tal Karito Sarutobi junto al Nara le daban ganas de arrancarle la cabeza, de hacer pedazos a esa niña, aún así siempre trataba de controlarse, cuándo ya no pudo más estuvo dispuesta a todo en la discoteca, pero aquél jóven, que a leguas se veía que era mayor que ella la detuvo. No fue capaz de poner a la castaña en su lugar y además su orgullo cómo Sabaku No Temari había quedado en los suelos, un extraño había frenado su mejor golpe, uno que con el tiempo ni sus maestros fueron capaces de detener.

Sin duda alguna el mundo es un lugar muy grande, si bien fue la mejor de toda su clase, no estaba ni cerca de ser la mejor de Konoha, mucho menos del mundo. También con esa chica castaña se dió cuenta de algo muy importante, al ser el mundo un lugar tan grande, podría ser que lo que a ella le enseñaron sobre los estándares para una relación no se aplique en todo el mundo, ni de conducta.

La niña de ojos índigo actuaba fuera de todo criterio que ella conocía, al igual que Shikamaru con una increíble despreocupación, unos completos vagos.

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