Capítulo XXXIX

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Narración general

Un avión aterrizaba, era un buen horario pues apenas habría pasado el medio día.

Una hermosa castaña descendió del avión y caminó por el aeropuerto, todo era tan diferente, era una experiencia totalmente nueva para ella.

Al salir vió un gran cúmulo de taxis y demás vehículos, también.

—Bien, finalmente llegué a Santiago— Terzi se sentía algo extraña, ir a otro país era sin duda una impresión muy grande.

"Debería de preguntar a los lugareños, no, de todas formas ya tengo mi dirección, pero tendré que aprender a moverme si no quiero pagar taxis siempre" Terzi pidió un taxi y se fue a la dirección que previamente le habían indicado en su correo electrónico.

Tras un viaje algo largo, debido al tráfico de la gran ciudad Terzi llegó a su destino, dónde trabajaría por ese año.

También le presentaron a unas simpáticas muchachas, eran tres, con las que compartirían un departamento patrocinado por la empresa que había mandado a Terzi y la receptora chilena.

Ya en el lugar, las cuatro chicas, que eran dos años menores que Terzi se instalaron, había dos habitaciones grandes dos camas individuales en cada una. Una sala de uso común, cada habitación tenía su baño y además había un tercer baño, o bueno, en realidad un medio baño para uso común, la cocina y el comedor.

—Vaya departamento más grande y bonito— decía una de las chicas.

—Primero tus modales, que nuestra compañera viene de un país dónde la educación si es algo muy importante— la regañó otra amiga, a ojos de Terzi esa parecía ser la voz de la razón en su grupo de amigas—, mucho gusto, mi nombre es Ana, un placer conocerte.

—Yo me llamo Terzi, Saisho Terzi, el placer es todo mío— Terzi respondió de forma cordial—, espero que podamos ser amigas.

—Y tanto que sí, deja te presento a estas mal educadas— Ana procedió a presentar a sus amigas—, mira, la neurótica que ves allá se llama Vanesa, la pobre tiene ciertos miedos infundados.

—¡No son infundados!, ya te dije que mi pololo me contó que su padre vió al Tue Tue, mi abuelo también me contaba de pequeña que el Tue Tue rondaba por las cercanías de su casa— decía la pobre Vanesa al borde de un colapso al ver que en su despensa había muy poca sal, por lo que si el Tue Tue venía por ella no lo podría ahuyentar.

—¿Qué es el Tue Tue?— preguntó Terzi algo extrañada.

—No le hagas caso, es una antigua leyenda chilena perteneciente a la mitología mapuche, pero no deja de ser eso, una simple leyenda— Ana trataba de bajarle el perfil a la situación.

—Simple leyenda, ya te quiero ver cuándo te encuentres con el Tue Tue cara a cara y no tengas sal para espantarlo— decía Vanesa.

—Sí claro lo que tu digas, en fin, como te decía Terzi. La otra mal educada se llama Francisca— Ana presentó a su otra amiga.

—Mucho gusto Terzi— la nombrada se acercó a saludar.

—Mira, si sí sabes saludar— dijo Ana con ironía.

—Ya po, no seas pesada— Francisca saludó a Terzi y con eso concluyeron las presentaciones.

—No soy pesada, pero que va a pensar Terzi de nosotras, que en Chile no tenemos educación— Ana trataba de hacer entender a su amiga.

—Bueno, Terzi, mucho gusto me presento yo soy Francisca, ahora educadamente te diré esto, no te atrevas a coquetear con mi pololo o te haré llorar— Francisca se fue a acomodar a la otra habitación junto a Vanesa.

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