Narración general
Un día más en la facultad había concluído, Gaara nunca fue una persona muy sociable. Por lo que al terminar las clases, siempre volvía a su casa para poder hablar con su novia.
Todo muy común, en un mundo dónde las redes sociales eran la mejor forma de estar cerca de una persona. Aunque paradójicamente, también era la forma de estar lejos.
El pelirrojo seguía su camino de todos los días, de lo que no se percató fue de una camioneta negra, que discretamente baja uno de sus vidrios oscuros para tomarle varias fotografías, además de seguirlo por todo el camino de regreso a su casa.
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Karito evitaba el contacto visual con Firem.
—Vamos Kari, ya te pedí perdón, no sabía que tú y la señorita Fumiko tenían problemas— Firem trató de apelar a la lógica.
Karito suspiró, en el fondo de su ser, sabía que Firem tenía algo de razón.
—Esta bien, tienes razón, pero que no se repita— Karito se colgó de su cuello, mirándolo de forma coqueta.
—Lo prometo, lo de anoche fue porque era su primer oportunidad, si algo me enseñó la vida es que todos la merecemos— Firem puso sus manos en la cintura de ella, atrayendo la más cerca de él.
—Ya no hablemos más de Fumiko y mejor... platiquemos de algo más interesante— el tono tan sugerente en el que habló la Sarutobi dejó a Firem con el libido por las nubes.
—Tú mandas Sarutobi— Firem claro que le seguiría el juego a su novia, empezando a besarse con intensidad.
Los dos caminaron con esfuerzo hasta llegar al auto del castaño, entrando a la parte trasera y cerrando con seguro todas las puertas, se notaba que ambos habían entrado en la popular fase de conejos.
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Debido a la diferencia horaria, mientras que Karito terminaba su día en la universidad, Shikamaru recién comenzaba el suyo.
Ya estaba empezando a ver muchos agujeros en su plan. España era un país demasiado grande para que él sólo busque por todos los sitios.
Ahora se arrepentía de haber mandado al diablo aquella oportunidad que tuvo de hablar con Temari, de verás que aveces no entendía a dónde se iba su gran IQ.
Sus clases eran lo normal, aburridas, nada estimulantes para él. Todas eran muy fáciles.
En una clase en particular, lo presentaron como un alumno de intercambio, pero no fue el único, otra chica de pelo corto y rubio también fue presentada, lo curioso, esa chica también venía de Japón igual que él.
Shikamaru ya pensaba en las posibilidades, el mundo era un pañuelo después de todo, ¿y si esa chica sabía algo de Temari? no era algo probable, pero tampoco era tan descabellado.
Al terminar la clase Shikamaru se acercó con la chica, estaba por hablarle hasta que notó que se encontraba hablando por teléfono.
—Así es amiga, el mundo es redondo, no puedes escapar de él, tarde o temprano te topas con alguien conocido— hablaba la rubia. Shikamaru esperaba pacientemente a que terminase.
No le llega eso de escuchar conversaciones ajenas, pero tenía tanta urgencia que no se podía dar el lujo de alejarse.
—Ya veo, perfecto, te veo ahí, será divertido reunirnos después de tanto tiempo. Hasta luego Temari— la chica colgó la llamada y Shikamaru quedó en shock.
¿Acaso había escuchado bien?
La chica se fue y Shikamaru no perdió el tiempo, decidió seguirla, se sentía raro haciendo eso, pero sus ganas por volver a ver a la rubia eran más fuertes que cualquier cosa.
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Presión social [ShikaTema y más]
Fanfiction¿Un mundo de fantasía? ¿La cruda realidad? Las historias de ficción están todas llenas de drama, comedia, acción o romance, pintan de colores nuestras vidas y nuestra imaginación... la realidad por su parte es siempre de ese asqueroso color gris...