Capítulo XXIII

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Narración general

El cielo permanecía estrellado, era una hermosa noche de luna llena y la bella luz natural te daba una perfecta visión del panorama, al igual que del cielo estrellado.

En algún punto del pasto cierto castaño permanecía recostado mirando al cielo, no podía creer toda la belleza que se perdió por culpa de sus fantasmas del pasado.

Sus labios fueron asaltados sin previo aviso aunque a él, no le importaba mucho en realidad, todo lo contrario, correspondió el beso con la misma pasión y cariño, la Sarutobi por fin podía decir que era feliz, quizás demasiado pues se le había ido la noción del tiempo. Ya eran las tres de la madrugada. Sin embargo entre su plática y demasiados besos que debían controlar, pues si daban rienda suelta a la pasión, se arriesgaban a ir a prisión si los veía algún policía.

—Creo que nunca había visto una vista tan hermosa, y mira que me gusta salir a ver el cielo nocturno de vez en cuando— comentó la Sarutobi, si bien tenía algo de frío, era tolerable, además tenía dónde acurrucarse en busca de calor.

Firem miró a su ahora novia, era tan hermosa, aún parecía un sueño, no obstante aún se sentía agobiado por una situación, incluso ella parecía agobiada por otra, aunque podía adivinar que se trataba de Shikamaru Nara.

—Sabes Karito, ahora que estamos saliendo, hay algo que si de casualidad no sabes, deberías de saber— comenzó hablando Firem llamando la atención de la castaña quién lo miró expectante.

—¿Te refieres a los sucesos ocurridos entre los Sarutobi y tu familia durante las guerras de Konoha y Suna?— preguntó Karito de su típica forma desinteresada.

Firem nada más sonrió de lado.

—Sí, de esas mismas hablo, ¿no te importa?— aunque no lo demostrara, el castaño moría de curiosidad por saber la respuesta de la Sarutobi.

—No cómo tú seguramente estás pensando, después de todo es algo que hicieron nuestras familias, no nosotros, además papá tiene en casa un árbol genealógico de tu familia, nada más lo ví de adolescente, por eso, cuándo nos vimos por primera vez, algo me decía que ya te había visto antes. Busqué dicho árbol y efectivamente eras tú, sólo que ahora eres mucho más guapo— comentó lo último con mirada y tono coqueto haciendo a Firem sonrojarse.

—No tenía idea que tu familia guardaba eso, supongo que cuándo me conozcan me van a odiar— comentó Firem algo nervioso.

—No te preocupes, es más, mañana en la noche— la castaña se quedó un rato pensativa—, bueno, hoy en la noche ven a mi casa a cenar, bueno, casa de mis padres, pero tú entiendes, y así te presento oficialmente cómo mi novio— opinó la Sarutobi.

—¿A qué hora?— preguntó el castaño, si amaba a Karito eso era algo de debería de enfrentar tarde o temprano.

—llega a las nueve, aunque tú tienes facha de ser muy puntual— una sonrisa entre de burla y felicidad apareció en el rostro de Karito.

Algún rato más tarde. Firem llevó a Karito a su casa, ya eran casi cerca de las cinco de la mañana, el frío mañanero ya era demasiado para ellos, más para Karito, al llegar a su casa, Firem se bajó con ella y la acompañó hasta la puerta. Una vez ahí se despidió con un calido y tierno beso de la castaña, espero a que ella entrara a su casa y comenzó a retirarse.

El castaño emprendió el camino a su casa, la verdad ahora ya sentía pesados los párpados, trataba de mantenerlos abiertos pues se encontraba manejando, aunque en un momento terminaron cerrándose y el choque fue inminente, un estruendo algo fuerte se escuchó. Firem despertó sobresaltado para observar con horror cómo impactó otro auto.

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