Capítulo 29

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Capítulo 29

Luego de dos días, vimos la conversación de Otto y Stwart. Y sí, fue Stwart.

Sus cuerpos están enterrados, no podemos revivirlos.

— ¿Para que los mataste?

—Porque era necesario, eran solo peones.

— ¡Pero yo no lo soy, Stwart! Ganar es lo que me importa.

Con Finn recopilamos varios videos y audios formando uno solo, lo más importante, para mostrárselo a las nueve personas afectadas. Y ojalá que crean en los hechos.

Finnegan me explicó quién era quien y ojalá sirva para cuando los veo. Y que no me destrocen.

Nos paramos en el Bosque Bendito, si, justo ahí. No sabía el dolor que estaba presenciando Finn en esos momentos, pero seguro incomparable. Lo miré, estaba a un metro de mí. Se veía relajado, pero sabía que no lo estaba. Se llevó una uña a su boca, pero cuando vio que lo estaba observando, se la quitó inmediatamente. Sonreí.

— ¿Morderse la uña cuando estás nervioso es un tic? —pregunté con sorna.

Él sonrió.

—Pues, no voy a tener muchos problemas, no tantos como vos.

Me recosté sobre una roca.

—Eso lo veremos.

— ¿O sea que piensas tener un futuro conmigo?

Me helé. Y el nerviosismo siguió al ver gente avanzando hacia nosotros. Me coloqué junto a Finn, que parecía tenso.

Sally apareció solamente con una remera y unos tejanos. Miré mi sudadera violeta, con mi capuchón puesto, al igual que Finn. Además, abajo tenía dos suéteres ¿Era la única con frío aquí? Estamos en invierno. Al lado de ella, una pelirroja y un pelirrojo de ojos azules iban perfectamente abrigados. Sarah y Jon Bass, el asesino de las Golight. Iba con sus manos metidas en los bolsillos.

Al otro lado, una chica y un chico morenos de tez oscura caminaban con alegría. Cada paso que daban, lo hacían con seguridad y seducción. Daban miedo. Lilian y Josh.

Y atrás, iban una chica gótica de cabello marrón, Debby. Una chica algo bajita y rellenita, de ojos verdes y pelo negro, Maite. Un chico alto y rubio de ojos marrones, Robb. Y por último, un chico sonriente de cabello castaño y ojos negros, Bran. Traté de memorizarme cada nombre con su cara.

Sally se paró frente a todos. Y en ese momento me pregunté de quien rayos era el auto. Ella miró a Finn de arriba abajo, como dolida. Él la miraba con ojos entrecerrados. Entonces, el rubio, Robb, al notar la tensión en el ambiente, saludó:

— ¡Hey, Finn! —chocaron puños sonrientes—. ¿No nos vas a presentar a tu novia? Un gusto, me llamo Robb.

Mis piernas temblaron y sentí todo en mi arder, incluyendo las mejillas.

Oh, santas papas.

Él me tomó de la mano y me la estrechó, sonriente.

—No, pues, yo no soy…

Bran me interrumpió.

—Hermano, hace semanas no nos vemos, ¡y ya casi estamos en navidad! —sonrió, acercándose—. ¿Y ya tienes novia? —luego se dirigió a mí—. Un gusto, novia de Finnegan McQueen, soy su mejor amigo, Bran.

Me estrechó la mano. Y me quedé helada. Esperaba a personas que me odiasen y, por ser una de las blancas y arte del plan de Stwart, me rendan fuego. Iba a hablar, pero la chica de pelo negro y algo rellenita habló:

— ¡Tienes novia! ¡Oh, qué alegría!

La chica era, en sí, la más linda de todas aquí. Tenía el rostro, de una forma, angelical. Con ojos verdes y pelo negro, lacio. Iba todo combinado. Se hizo paso entre los chicos.

— ¡Soy Maite! —sonrió—. Y me dicen Maite, tú puedes decirme así. Si eres novia de Finn, no eres mía tampoco, claro que no, eres mi amiga.

—En realidad, no es mi novia—habló por primera vez Finn.

Sentí como los huesos se me congelaban un poco, al escuchar la palabra novia de su boca.

—No, por supuesto que no—habló Sally, con repugnancia. Lo miraba a él, sólo a él, a los ojos—. No tienes el suficiente valor como para pedírselo a una de las blancas, ¿verdad? —ella sonrió—. Eso es lo que pasa, tienes miedo de que sea tan mala como piensas.

—Hey—habló Finn—, detente ahí.

—Magui—me miró Sally—. No tengo nada contra ti, en la escuela me parecías buena chica, pero, esto es imposible. Uno es sí y el otro no, uno blanco y el otro es negro, literal. Él no te merece, no te quiere. Haces todo esto sin ningún motivo—su voz cambió de comprensiva, a impulsiva—. Aléjate, somos muy poderosos.

Antes de que siga, Finn dio un paso al frente, tapándome de la mayoría. Me sentía como si yo fuera carne y ellos perros, me iban a devorar en menos de un segundo, y yo estaba completamente indefensa.

—Alto ahí—habló el.

—No.

—Estás loca.

— ¿Me dijiste loca? —inquirió Sally—. ¿Ahora también me tratarás mal?

— ¿Qué? —Finnegan entrecerró los ojos—. ¿Mal? Has hecho un montón de cosas, terribles, y piensas que, diciéndote loca, ¿te estoy tratando mal?

—Oh, pues, disculpa por ser una persona y cometer errores—saltó Sally.

—No, no te das cuenta de lo que tienes delante de tus ojos, a un asesino.

— ¡Stwart no es un asesino! —gritó exasperada, haciéndome dar un saltito.

—Claro—Finnegan suavizo su tono—, es no lo puede decir su predilecta, ¿no?

Vi como Sarah, la pelirroja, apretaba los puños.

— ¡Cállate!

— ¿Viste el video? —Finn habló con total naturalidad—. ¿Lo vieron?

—Yo no te creo—anunció Sally—, a ninguno de los dos, una blanca no te puede engañar así, Finn, reacciona.

—Yo lo vi—habló Sarah—, y es trucado, es seguro.

¡Que te pise un tren! ¡Casi muero por ese video!

Pensé que no debía pensar así, contenerme, sin desear el mal. Pero era inevitable.

—Ajá—afirmó Jon Bass.

Genial. ¿Antes me trataban bien, y ahora nadie confía en nosotros?

La chica de tez oscuro y cabello ondulado, Lilian, se acercó a mí, quedando a unos simples centímetros. Intimidándome, pero levanté la cabeza y me mantuve como si nada. Sus ojos eran grandes, de una manera realmente extraña.

—Ella lo manipuló—habló y se fue al lado de su “novio”.

¿Y si Finn creía eso? ¿Se iría con ellos?

—No digas estupideces—habló Robb, el rubio, y nos miró—. Yo les creo, ya no estoy del lado de Stwart.

—Yo tampoco—señaló Maite—, en serio, el parece la reencarnación del mal con esos ojos azules—tembló—, es un asco.

—Estoy con ellos—dijo Bran—, no parece trucado, no se tomarían tantas molestias.

Y, por último, la chica gótica habló:

—Pues—habló Debby—, yo siempre sospeché de ese bastardo sin consentimiento. Los blancos no matarían a mis padres sin propósito.

Y así, dos chicos y dos chicas se unieron a nuestro grupo, dejando atrás a Stwart y toda su mafia.

Y dejando atrás a cinco personas, inclusive Sally.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora