Capítulo 36

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Capítulo 36

 

Bella y yo subíamos las escaleras como si nada pasara, hasta que llegamos a los pasillos. Mis padres y George se quedaron abajo para vigilar, mientras que nosotros a las doce y media de la noche tratábamos de buscar pistas. Debby, Robb, Bran y Maite se dirigieron a la parte central derecha, dejándonos solos a Finn, Bella, Jack y yo. Finn y Jack se fueron a los pisos de arriba y con Bella nos quedamos en el gigantesco pasillo, solas.

Nos quedamos quietas en el principio del pasillo sin decir nada.

—Vamos—animé—, sólo tenemos 10 minutos para entrar a una puerta, los guardias entran a la una.

—Eso no tiene sentido, ¿por qué dejar la casa sin vigilancia durante media hora? —preguntó.

 —Le preguntaría a Carl, pero digamos que ya he hecho mucho el ridículo—Bella rió—. Vamos.

Empezamos a tratar de abrir puerta por puerta pero ninguna cedía.

— ¡Vamos! ¡Abre! —forcejeé en un susurró, mientras intentaba abrir la quinta puerta.

—Sólo hay diez puertas Magui, tal vez los chicos encontraron algo en el cuarto de Car.

La miré.

— ¿Y si esto era una trampa? ¿Y si os mintió y ahora aparecen guardias por doquier? —me frustré—. ¿Y si mañanas nos mandan a un calabozo y nos pudrimos en el?

Bella me miró sin entender.

—Vamos, hay que seguir—me señaló con la cabeza la siguiente puerta blanca y se dirigió a la de enfrente.

Empezamos a tratar de abrir las puertas restantes, pero no cedieron. Al pestañar, ya estábamos al final del pasillo, pero, este doblaba.

Ambas nos miramos y nos dirigimos hacia la vuelta, donde nos encontramos con una puerta marrón. Nos la quedamos analizando unos segundos, elevé mi mano hacia el pomo, doblé y no cedió; la saqué.

—Tenemos que abrirla—afirmé.

— ¿Por qué? —Bella frunció la nariz.

— ¡Porque es marrón! —respondí.

— ¿Y? —preguntó indiferente.

—Que todo en esta maldita casa es blanco.

—Tal vez a Carl se le dio por pintarla así—dijo.

—Pero está más escondidas que las demás puertas—insistí.

—Ok, ¿cómo la abrimos? —se frotó las manos.

— ¿Tienes un clip? ¿Una invisible?

Me miró como si fuera rara.

— ¿No me ves con el cabello suelto?

—Lo siento—fruncí el ceño.

—Pero tú si tienes.

Puso su mano en mi nuca y sacó la hebilla. Me la quedé mirando.

—Me he soltado el pelo antes, ¿de dónde salió?

—Tienes pelos locos—se encogió de hombros y me la tendió.

La abrí un poco y empecé a mecer la hebilla de un lado a otro, pero la cerradura no cedía. Había visto películas en dónde lo hacía sin problemas y hasta lo hacían con uñas. Pero esto era más difícil de lo que parecía.

Maldecí por lo bajo y le entregué la hebilla a Bella con brusquedad. Ella se agachó, metió el clip y la puerta cedió. Ambas nos quedamos mirando la puerta abrirse.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora