¡Hey!
Último capítulo, ¿lo pueden creer? Yo no. En serio,es como que solamente falta el epílogo y bueno. El epílogo es necesario, es como un cierre final. Espero (de todo corazón y alma) que sean lo que esperaban, algunos tal vez esperaban un final de rosas, otros uno más bien triste o algo más complejo, no lo sé, los dejo en sus mentes.
Pero ahora van a ver que tipo de final antes del epílogo es y, bueno, espero que me digan algo, a ver que les pareció.
Nos leemos pronto,
Camila C.
Capítulo 43
Recuerdo cuando tenía diez años y un chico llamado Derek me había llamado la atención al comparación de los que conocía. Creía que era el amor de mi vida, ya saben, era un poco ingenua y creía que me iba a casar con él y tener dos bellos hijos. Y sólo porque creía que era lindo. Después de todo, se lo conté a Bella. Y Bella se lo contó a él.
Me había enfurecido mucho, directamente le había dejado de hablar. Odiaba a Bella por habérselo dicho, por no guardar el secreto, por ser mala amiga. Después de todo, hablé con Bella, olvidé a Derek y todo fue como antes.
Y, a pesar de mi enojo y tristeza, necesitaba vivir ese momento nuevamente, llegar a ese tiempo.
Y lo antes posible.
— ¡No! —grité.
Forcejeé mientras los ojos se me nublaban por las lágrimas. Intenté quitarme de encima al hombre sobre mí, pero su fuerza era el doble de fuerte, haciendo que se me sea imposible luchar.
— ¡No! ¡Basta! —grité—. ¡Suéltame!
—Quédate quieta—ordenó entre dientes—. Maldita—susurró.
Yo no podía irme, pero él tampoco podía sostenerme bien. Rasguñé su brazo y miré a sus ojos marrones, tan escalofriantes y tenebrosos, que me hacía temblar de los pies a la cabeza. Forcejeé hasta salirme de encima de él y corrí hacia una rama algo grande, que me podría servir de defensa.
Me empujó hacia al suelo, haciendo que use unos de mis brazos para protegerme, pero no hice nada más que golpeármelo. Me agarró de los pies e intentó llevarme lejos. Me sostuve con mis codos y manos, tratando de sacar mis pies y mirando a la rama a un metro de mí, como si fuera mi única salvación.
De pronto, una idea vino a mi mente, me di la vuelta, sacándome de encima las manos del hombre delante de mí. Impulsé mis pies hacia su estómago, empujándolo hacia atrás y proporcionándole un terrible dolor. Me levanté y tomé la rama lo más rápido posible, al darme vuelta, él ya estaba delante de mí.
Alcé la rama antes de su movimiento, golpeó su cráneo y cayó al suelo. Miré al cuerpo del hombre y luego a la rama. La dejé a un lado y acerqué mi oído a su pecho: su corazón latía mínimamente.
Corrí hacia Bella y me la quedé mirando con los ojos llorosos. Caí al suelo, mirando su rostro pálido, su cuello torcido y su cabello rubio todo revuelto. Empecé a llorar descaradamente y tomé el cuerpo de Bella, apoyándolo arriba de mis piernas cruzadas, mirándola con el corazón roto.
Las lágrimas caían por mis mejillas, nublando mi vista y cerrando mis ojos, haciendo que me duela toda la cabeza y el pecho. Abracé a Bella con desesperación, hundiendo mi cara y lágrimas en su cuello.
—Despierta, Bella, tienes que despertar—rogué, con un susurro y la voz quebrada—. Vamos, tienes que despertar.
El frío empezó a consumirme.
ESTÁS LEYENDO
Black and White
WerewolfTres manadas: los blancos, los negros y los mestizos. Dos lobos diferentes por fuera, pero comparten cosas en común. Un amor surgió y eso ocasionó varios problemas. Los mestizos hablan. Magui Dudley, con dieciséis años de edad, conoce a Finnegan Mc...