Capítulo 37

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¡Hola a todos! Seguro estarán pensando cosas como: ¿A caso esta chica dejó plantada la historia? ¿No subió entresemana? ¿No subió en fin de semana? La mataremos. 

Bueno, tal vez no lo último. 

El punto es que quise subir un muy querido maratón y ayer tuve que preparar las cosas para la escuela y bla bla bla. Asi que, ¡está aquí ahora! Como verán, falta poco para terminar, no sé capítulos exacto porque estoy haciendo cambios, pero no creo que sean más de diez. Odio alargar historias.

En fin, también quería desearles un: ¡muy feliz día de la mujer! (retrasado, no soy idiota) Así que, queridas, perdón por no decirlo ayer, pero en serio: respeten y sean respetadas. Ustedes fueron, son y serán hermosas a su manera, aunque cueste aceptarse. Y nadie, repito nadie, puede sacarte lo hermoso. 

Sean felices, 

Camila C. 

Capítulo 37

 

Todos en el mundo se habían vuelto locos. Los chismes iban de aquí para allí y las miradas también. Me miraban como si fuese el error más grande en la historia. Porque, digamos, ¿a quién se le ocurre enamorarse de un lobo negro si sos una loba blanca? Puf, a nadie. Bien, no habían dicho eso pero seguro pensaban que me había enamorado. Y si no es así, de igual manera, tuve contacto con él. Era un bicho raro para toda la comunidad de los lobos, y lo sabía. Y todos lo sabían.

Y estoy bien con eso.

Digamos que sé que hice lo correcto, y si ellos no están de acuerdo, lo estarán más adelante. Les he salvado el trasero a varias personas por el libro y no pido que me halaguen. Pero que tampoco me hagan cruces cuando me doy vuelta.

Los padres de Jack y Bella me miraron sin entender. ¡El padre de Bella era el jodido líder! ¡Su abuelo cortaba cabezas! Les hemos explicado todo y nos han mirado sin entender. Claro, nunca pensaron que sus hijos hicieron contacto con el enemigo. Se pusieron como locos, no es que nos echaron la culpa ni nada de eso, si no que empezaron a gritar que esto era imposible, una locura y que no lo podían creer. De noche, aceptaron que estaba bien después de todo. Y dijeron que no tenían otra alternativa, de cualquier forma estaban en peligro.

El veintiséis de diciembre a la mañana habíamos hecho una reunión. Nadie sabía nada de Ian ni de Stwart. Nadie sabía que hacer. Nos habían tomado por sorpresa y todos nuestros planes se fueron por la borda. Al fin y al cabo, quedamos en que la única solución era encontrar el documento si es que el libro decía la verdad, si los mestizos nos habían engañado las dos razas no estarían de acuerdo.

—Si logramos encontrarlo, nadie podrá aceptar que los engañen—había dicho Finn—. Todos quieren ganar y lo único que les importa es saber cuál de los tres es mejor.

Y tenía razón, la soberbia les ganaba.

Mis padres se fueron con Jack y Bella antes, por otra reunión del líder. Era obvio que tenían que ir de acá para allá, yo me quedé con Finn y cuando nos rendimos por el día, se ofreció a acompañarme hasta la entrada del bosque.

Salimos de la casa de Maite con los dos juntos, con las manos en los bolsillos. Me puse el gorro de lana blanco para tapar mis orejas y Finn se puso la capucha y empezamos a caminar. Toqué con el pulgar la bolsita en el bolsillo y me mordí el labio. No podía dárselo, iba a ser raro. Pero tenía que poder.

Caminamos en silencio, no era incómodo, claro que no. Me encantaba caminar con él y compartir un silencio acogedor pero, para decir algo, hablé:

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora