Capítulo 6

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Capítulo 6

 

Los pasos se escuchaban cada vez más cerca. Parecía que pensaba en cada movimiento.

Voy a morir. No conocí a Brad Pitt y voy a morir. ¡Soy muy insignificante para morir!

No escuché más pasos y me tranquilicé por completo. Lancé un suspiro que seguro se escuchó por todo el bosque. Me tapé la boca inmediatamente. Definitivamente no soy inteligente. Se escuchó un paso más. Me dije lo idiota que soy instantáneamente. Dos manos me tomaron de los brazos haciendo que un grito saliera de mi boca.

—Aquí estás—dijo Finn.

Una tranquilidad me invadió por completo. 

— ¿Quiénes eran? ¿Qué querían? ¿Dónde están?

—Ya se fueron—dijo—. Necesito que te vayas a tu casa, ¿okey?

—Pero…

—Yo también iré a la mía, ¿sí? —me miró a los ojos por un instante.

Un ruido se escuchó desde lejos. Ambos giramos la cabeza.

—Vas—dijo, sin dejar a mirar—ahora a tu casa y no sales por nada en el mundo, adiós.

Se fue corriendo hacia donde estaba ese ruido. Me quedé quieta viendo como se marchaba.

¿Voy tras él? ¿Hago caso nulo a lo me dijo? ¿Y si muere? ¿Y si muero yo? Vamos, si voy para mi casa quedaré como una miedosa.

Me saqué la ropa y la coloqué en mi mochila. Me fijé a ambos lados. Me convertí y dejé mi mochila a un lado. Con total calma y cuidado me dirigí a donde estaba. Pude ver a Finn tomar su mochila y colocarla en el hombro izquierdo. Miró para donde estaba yo antes. Traté de esconderme tras un árbol como pude, aunque fue un poco imposible. Sin embargo, a pesar de que dirigió su vista completa al bosque, no me vio. Sentí, por un segundo, como sus ojos se posaron en los mío. Rápidamente los sacó y se dirigió a, por lo que creo, su casa.

Corrí hacia mi mochila y la tomé con la boca, suerte que la encontré. Me dirigí hacia mi casa. Abrí la puerta con mi cabeza, sin recibir ningún rasguño. No vi absolutamente, solo la escalera. Abrí la puerta de mi habitación y me dediqué a convertirme devuelta y ponerme un short y una remera negra. Me alegré ya que mi madre me dijo que estaban en una junta con el padre de Bella. Mi estómago rugió y bajé las escaleras, dándome una gran sorpresa.

— ¿Dónde estabas y por qué entraste como una loba loca a la casa? —preguntó mi padre.

Estoy muerta.

Me toqué en cabello mojado mientras lanzaba un gran suspiro.

—Estaba en una tutoría.

—No me dijiste nada—me dijo mi madre.

— ¡Mentira! Te avisé mientras hacías tu trabajo y me dijiste que sí—dije.

—Pero estoy segura, que por mas distraída que esté, nunca te diría que a esta hora—rayos.

—Tuve un inconveniente—mentí, aunque, si era un inconveniente.

— ¿Qué clase de inconveniente? —preguntó mi padre.

—Uno de los grandes—bromeé.

Ambos fruncieron el ceño. Ok, no era hora de bromear.

—Quisimos ir a la biblioteca—comencé, cuidando cada una de mis palabras—, pero la bibliotecaria no estaba y no pudimos entrar. Decidimos ir a un café, y al acabar no teníamos dinero suficiente y lavaos los platos hasta ahora—me mordí el labio. Odiaba mentirles. Pero si decía lo que en verdad pasó, tendría clases por internet.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora