Capítulo 4

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Capítulo 4:

 

Me quedé plasmada con una sonrisa en mi rostro. Comencé a reír al ver la cara del chico detrás de mí. Él muy maldito quería humillarme, y lo dejé atónito. Estoy orgullosa de mí.

Magui 1, idiotas 0.

Giré mi rostro y comencé a reír más fuerte. Jackson estaba boquiabierto, mientras las dos rubias chillaban. Dios, nunca sacaré este momento de mi mente.

— ¡Eres una perra, Magui Dudley! —exclamó Jackson, furioso. Su rostro tomaba uno color rojo. Comencé a reír aún más fuerte.

— ¡Pues mira lo que te hizo la perra! —sonreí. Me di media vuelta y avancé hasta la salida.

Jackson no lo dejaría así, me siguió, pero pronto lo perdí. Era un completo idiota. ¡Vamos! Él y esas “mujeres” se lo buscaron.

Caminé hasta llegar al bosque. Tomé mi celular y saqué una foto. Amaba sacar fotos. Se podría decir que vivo en un lugar donde sólo es habitado por lobos y no me era difícil caminar con cierta soledad. Me dejaba disfrutar el paisaje y sentirlo a mi manera. A veces, estas caminatas me daban placer. Me daba placer estar sola.

Mi teléfono vibró, sacándome de mis pensamientos. Bella me mandó un mensaje.

- “Ella ya no era la misma, lo sabía. ¿Por qué? Porque me abrazó en medio del hielo, pero estaba fría. Ella se volvió fría, más fría que la brisa de invierno.” ¡Así termina el maldito libro, Magui! ¡ASÍ! Dios, estoy llorando. ¿Por qué me lo recomendaste? ¡¿POR QUÉ, DUDLEY?!

Sonreí instantáneamente. Hace una semana le recomendé un libro a Bella. Lo encontré en mi casa, tirado en mi habitación. Lo leí y me quedé atónita. Era hermoso y singular. Y cuando digo singular, es literalmente. Su portada y su título no existían. El título fue copiado, pero el libro no era el mismo. Decidí darle la única copia a Bella, y que después, cuando lo termine, me lo devuelva. Y así ella está llorando por La Brisa de Invierno.

-Lo quiero devuelta hoy. Lo quiero ver en mi pequeña biblioteca, ¿okey?

-Tranquila, fiera. No puedes estar tan obsesionada.

-O me lo das o le cuento a Ian.

-¡Eres la peor amiga del mundo! ¡Te odio!

-Quiero.mi.libro.ya. Haré todo para recuperarlo.

- .|.

Ese libro era muy importante para mí. Significaba demasiado en tan solo unas perfectas páginas.

Mi teléfono sonó nuevamente. 21 guns de Green Day resonaba por todo el bosque. Número desconocido.

— ¿Quién eres y por qué me llamas con un número desconocido? —fui al grano.

Nadie en la otra línea. Suspiré y corté. Vamos, no entiendo a esas personas que se quedan esperando al otro lado desconocido del teléfono mientras repiten una y otra vez “¿Hola?”

 ¿Y si es un violador en serie? Si están muertos a la noche no es culpa del asesino.

Unos ruidos extraños se escucharon a metros de mí. Me di vuelta por instinto. Nada. Seguí caminando, aún algo nerviosa. ¿Y si es el asesino del móvil? Los ruidos se hacen presentes nuevamente, esta vez a mi lado. No me atreví a preguntar, el individuo no se lanzaría al frente haciendo el ridículo totalmente. Es absurdo del lado en que lo mires.

Susurros inentendibles empezaron a zumbar extrañamente en mis oído. Era como si mil mosquitos estuvieran rodeándome, pero no había nada a mí alrededor. Cada vez se hacían más y más fuertes. Se acercaban y realmente me hacían mal. Tapé mis orejas, tratando de que ningún sonido entre. Pero, se oían igual. Corrí hacia mi casa.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora