Capítulo 24

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¡Hola a todos!

Primero que todo, mil disculpas por no subir en el fin de semana. En serio me siento triste, lo siento. 

Segundo, quiero agradecerles cada mensaje privdo, comentario y favorito. En serio, sé que no es la historia más conocida en su categoría, pero realmente pensar que una persona disfruta la historia es el mayor regalo que me puedan dar. En serio, gracias

Les dejo este capítulo largo, nos leemos pronto, besos, 

Camila C. 

Capítulo 24

 

— ¿Crees que sea buena idea?

Bella y Jack estaban a mi lado. Mi amiga tenía un lindo vestido floreado y una linda chalina azul que tapaba gran parte de su chaleco y cuello, los anteojos negros en su rostro, al igual que Jack, no faltaban. La camisa a cuadres verdes de él y su bigote falso hacía que parezca 10 años mayor.

—Cuando les dije que un “poco” camuflados no les dije que vinieran vestidos de viejos—aclaré mi garganta, mirando fijamente el camino.

—Oye, ¿sabes lo que me costó hacer que mi madre y tu madre no me vieran igual a mi padre? —preguntó Jack—. ¿Cómo les explicaría? ¿”Tu hija, una especie de mejor amiga para mí, un ser malvado y mentiroso quiere ver a su enemigo mortal para hacerle preguntas”?

—Jack, podrías poner el disfraz en tu mochila y luego ponértelo, no seas tan dramático—anunció Bella.

Al llegar a unos metros de The Smurfs, nos escondimos tras un auto, agradeciendo que la gente esté ocupada en sus cosas y no viendo fuera del local.

—Quiero que se pongan a diagonal nuestro, lejos pero no tanto, ¿se entiende? —fruncí el ceño.

—No—negaron a la vez.

—Bueno, no importa—sacudí la cabeza—.  Quiero que actúen como pareja.

Ambos pusieron cara de asco.

—Vamos, es solo actuación—insistí—. No es necesario besos, o toques. Solo sonrisas y esas estupideces que por alguna razón les gusta a la gente.

La sonrisa de Finn…

Negué, alejando ese pensamiento a lo más oscuro de mi ser.

Entraron a la cafetería, de la mano. Y si que me reí.

Me tapé la boca rápidamente, tratando de evitar sospechas o posibles problemas. Puse la llamada a Bella en mi celular, mientras notaba que mis amigos se ponían un auricular cada uno.

Sí, iban a escuchar todo. Y estaba nerviosa por eso.

Suspiré y me levanté de la acera, miré el restaurant, y mi corazón comenzaba a palpitar con más fuerza. Él estaba viendo un vaso con agua fijamente, sin decir nada. Estaba nervioso, tal vez preocupado. Pero yo sentía todo tipo de reacción o sentimiento en mi ser.

Abrí la puerta del local. Uno, dos, tres, cuatro pasos y choqué contra una silla vacía, emitiendo un gran sonido y captando la atención de todo ser vivo allí dentro. Buen comienzo, nena.

Suspiré, muerta de vergüenza. Finn, Bella, Jack y una anciana que desconozco, lanzaron una pequeña risita. Estúpidos.

Me senté en la silla frente a McQueen, tambaleante. Temblaba de nervios, las manos me sudaban y sentía la cruda mirada de él en mi rostro que miraba hacia la mesa, fijamente. No podía verlo a los ojos. Pero, tenía que demostrar que no me interesaba él ni sus problemas en lo más mínimo. Pero, en cambio, no lograba controlarme. Era una explosión de sentimientos y no tenían soporte, salían disparados, chocándose todo el tiempo y sin cárcel alguna.

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