Capítulo 32

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¡Hola a todos! 

Capítulo largo porque los amo ;) 

Disfruten,

Camila C. 

Capítulo 32

 

—Si naces idiota, mueres idiota—me encogí de hombros—. Es la ley de la vida.

Abrí la heladera y alcancé dos manzanas. Le lancé una Jack, que se le cayó y se volvió a sentar frente a la mesa y yo frente a él.

—Sólo digo que no creo que Finnegan sea idiota—masticó y me apuntó con la manzana—. Y si lo es, aún así te gusta.

—Se supone que eres mi amigo, no el suyo—fruncí el ceño—. ¿Tú cómo lo sabes?

—Cuando se pelearon Bella y yo le convencimos de no hablarte, el tipo no parecía un idiota.

Me lo quedé mirando, con la manzana en mi boca. Me la saqué y hablé:

— ¿Qué hicieron qué?

—Nada, nada—me miró a los ojos—. Ni una sola palabra a Bella, eh.

Negué.

—Está bien.

—Y, ¿mañana irás?

—Sí, digamos que le dije que sí—suspiré—. Es tan agobiante pensar que lo tendré que mirar.

— ¿No le has contado del libro aún?

—No, no podía hacerlo hoy. Me fui, literalmente, del auto sin mirarlo ni hablarle.

Jack se rio. Él y Bella son los únicos que saben del libro, por ahora.

—Pues, creo que no es un idiota—habló mi amigo—. Sólo tienes que ver desde su punto de vista.

—Trataré—mentí.

— ¿Quiéres que Bella y yo vayamos mañana?

Lo miré, sonriendo.

— ¿En serio?

—Sí, estarías un poco distraída.

—Genial—susurré.

Caminamos hasta llegar a la casa de Maite. Toqué el timbre y me bajé el capuchón, esperando junto a mis amigos a la anfitriona.

¿Estaba nerviosa? Pues, claro. ¡Lo iba a ver al muy maldito! ¡Mis amigos, unos blancos, entablarán conversación con lobos negros sin obligación alguna!

 Maite abrió la puerta, me miró a mí y luego a los chicos, a mí de vuelta.

—Son amigos, están con nosotros—me adelanté—, ¿pueden entrar?

—Claro, mientras más aliados, mejor—sonrió—. Vengan, pasen, siéntanse como en su casa.

Pasamos y un calor acogedor me abrazó por completo, sacando mis manos de los bolsillos. Bella se puso a la derecha de Jack y yo a su izquierda, analizando el comedor del lugar donde había algunos sillones. Visualicé al rubio de Robb hablando con Debby y Bran sentado, pensando.

— ¿Y Finnegan?

Jack me codeó.

Si quería sonar desinteresada, pues fallé.

Todos levantaron la cabeza y la dirigieron a mis amigos. Me aclaré la garganta.

—Ellos son Jack y Bella, mis amigos, son buenos.

Black and WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora