48. 48 horas de horror (parte 2)

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>> - Espera, espera - dice en un susurro cogiéndome del brazo - no sabes lo mucho que te he echado de menos - pero su erección lo deja bien claro - vamos a hacer lo que se nos da mejor antes de que te vayas de viaje ¿no? Dime que no te apetece - no realmente no me apetece nada y claramente nunca se nos ha dado tan bien.

>> - Claro, sí, pero... ya es tarde Lucho. - trato de evitar ese momento.

>> - Solo vamos a perder cinco minutos - dice aprisionándome contra sus brazos y me repele sentir su entrepierna contra la mía. - Sabes que llegamos rápidos - se burla de como solían ser nuestras relaciones, aunque en realidad el único que terminaba era él. Se acerca a besarme y trato de evitarlo, noto como sus manos recorren mi espalda y me aprieta el culo empujándome de nuevo contra eso que tanto me está disgustando y sube hasta mi camiseta y me desabrocha un botón, y luego el otro y yo trato de resistirme, pero sé que será imposible, no sin dejarle claro mi engaño. De repente le entran las prisas y deja de lado mi camiseta y baja a mis pantalones, desabrocha el botón mientras recorre con sus babas mi cuello y mi cara y yo dejo la mente en blanco, trato de no pensar en nada, evito pensar en lo que está a punto de pasar y solo quiero que pase rápido. Él mueve su mano hasta su cinturón y su pantalón y mete sus manos en mi pantalón tocándome el culo y luego recorre hasta delante y hace intención de bajar mi ropa interior para iniciar, pero justo suena un teléfono, algo que intuyo pueda ser mi salvación y me agarro a él como a un bote a la deriva.

>> - Lucho el teléfono.

>> - Deja que suene, tú ya estas lista - dice mientras me toca mi parte más íntima y ahí está el problema, para él siempre estoy lista, pero yo sé que hoy es prácticamente imposible ya que siento más disgusto que excitación.

>> - No por favor, cógelo, puede ser importante - digo.

>> - Esta bien - se abrocha de nuevo el pantalón mientras se acerca al teléfono y yo corro a vestirme por lo menos para hacérselo algo más difícil. - No es mío, es tuyo... - mira la pantalla del móvil - ¡¡ES TU PUTA!! ¡ME DIJISTE QUE NO IBAS CON ELLA, QUE IBAS CON GUILLE! - chilla como un energúmeno

>> - Vamos Lucho, me puede llamar por mil motivos - miento.

>> - ¿Te crees que soy idiota? Esa puta se va a enterar cuando salga de aquí, te juro que voy a hacer que todo el mundo se entere de la clase de zorra que es.

>> - Juliana es muchísimo mejor persona de lo que tu llegaras a ser nunca Lucho - no puedo evitar que las palabras salgan de mi boca.

>> - ¿Que has dicho? - dice muy cabreado – O sea que todo era una artimaña ¿no? Vas a comprobar en tus carnes lo que le voy a hacer a esa puta. - dice viniendo directo hacia a mí.

>> - ¡Que dejes de llamarla así! - chillo y veo como me mira y aún se acerca con más rabia. Me agarra por el pelo y me empuja hacia atrás, yo trato de soltarme, pero sin ningún éxito, Lucho es demasiado fuerte para mí. Hunde su rodilla en mi pecho, yo caigo al suelo y una vez allí me vuelve a dar con el pie y pierdo la consciencia.

- Dios mío Val, fue por mi culpa. Todo fue por mi culpa. - digo con las lágrimas cayendo por mis mejillas.

- Juliana no, - dice, pero yo ya no la escucho, me invade la culpa - mi amor, mírame, eii - repite.

- Si yo no te hubiera llamado... si no hubiera sido tan impaciente y hubiera esperado a verte en la estación, hubieras sido libre.

- Juls mírame por favor. - yo la miro y ella me limpia las lágrimas - No fue tu culpa, tú me salvaste. Prefería morir a tener ese recuerdo... vivir toda la vida con la idea de lo que hice solo para ser libre... no creo que hubiera podido estar contigo ni con nadie, fue mejor la paliza que recibí créeme.

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora