Sentí que me ahogaba, el aire no conseguía pasar por mis pulmones y mi visión se volvía algo borrosa. Rápidamente detecté que estaba sufriendo un ataque de ansiedad y solo necesitaba despejarme y concentrarme en cualquier otra cosa que no fuera todo lo que había vivido. No quise decirles nada a las chicas por no preocuparlas y porque sabía que me iban a hacer parar la historia y no era lo que quería... sentía que cuando acabara de contarla por fin cerraría un ciclo y podría coger un camino nuevo por el que recorrer e ir conociendo poco a poco. Ahora más que nunca lo necesitaba.
Miré a aquel pequeño jardín que tenía delante de mí, las flores tenían un color intenso y muy bonito y los pétalos estaban algo humedecidos dejando ver que había llovido un poco. Me hizo gracia darme cuenta de que toda la valla que rodeaba la casa estaba repleta de jazmines blancos y que prácticamente era el olor que invadía la zona. Realmente sentía envidia de la relación que Jaz y Flor habían conseguido tener. Se las veía una pareja muy consolidada y con total confianza la una en la otra, habiendo superado toda la crisis pasada. Una pareja realmente peculiar pero que no podrían estar más compenetradas o mejor hechas la una para la otra. Me recordaban un poco todo lo bueno que yo viví y hacían que me entraran ganas de volver a sentirme así, aunque no sé si algún día volvería a ser capaz, quería intentarlo.
El sol que empezaba a descender, chocaba contra el pequeño tejado justo debajo de mí y hacía que las tejas brillaran diferentes, de repente ya no parecían del mismo color, ahora tiraban más a un tono rojizo en lugar de marrón. Me quedé mirando todos y cada uno de los detalles de la fachada del lugar, aunque poco después mis chicas hicieron acto de presencia.
- ¿Estas bien, Juls? - Decían nada más salir a la terraza, acompañadas de una cara de preocupación bastante marcada.
- Sí, os lo prometo, solo necesitaba tomar un poco el aire y despejarme. - digo para tranquilizarlas.
- Podemos dejarlo, de verdad. Nunca pensamos que esto te pudiera afectar tanto.
- No, yo quiero contároslo, es solo que bueno entre lo de mi mamá y toda la vida que pasé con Valentina... simplemente me duele. Pero no os preocupéis, de verdad, esto ya me había pasado antes y como veis lo tengo totalmente controlado.
- ¿Has sufrido ataques de ansiedad? - pregunta Flor, yo me la quedo mirando sin saber que responder - He sufrido muchos Juliana, se diferenciarlos cuando los veo.
- Si, después de romper con Valentina sufrí alguno y creo que antes también, aunque no supe verlos.
- Pero los tienes bastante controlados.
- Si, como os digo aprendí trucos para que no me afectaran demasiado.
- ¿Centrarte en otra cosa? ¿Olvidarte de lo que te preocupa? ¿Despejar la mente? - yo asiento - Todos los psicólogos deben decir lo mismo, para ellos es fácil decirlo... cómo se nota que no tienen que hacerlo.
- Al principio si es algo más complicado, ahora ya es más fácil.
Nos quedamos en un momento de silencio en el que las miradas se vuelven incomodas y ninguna sabe cómo encarrilar la situación para volver a la normalidad. Imagino que tienen miedo a sonar poco delicadas, así que decido ser yo la que rompe el hielo.
- ¿Queréis que entremos y seguimos con la historia?
- ¿Segura?
- Completamente.
Volvemos al sofá donde minutos antes estábamos sentadas, me tomo un sorbo de agua y me dispongo a seguir.
- ¿Por dónde iba?
- Os volvíais para México.
- Cierto.
- Cogí la maleta, el primer autobús que pasaba y nos fuimos.
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Cuando te vuelva a ver
Fiksi PenggemarJuliana es una chica de México establecida en Barcelona desde hace una temporada. Allí conoce a dos chicas Flor y Jazmín de las que se hace muy buena amiga. La historia es narrada por Juliana, explicandole a sus amigas la historia mas importante de...