41. Vuelta de tuerca

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El día de antes prácticamente solo hablé con Valentina para confirmar horas y para darnos los buenos días. Estaba demasiado ocupada con la planificación del viaje y la preparación de equipaje, se la veía ilusionada.

Desperté pronto, aunque debo admitir que dormí temprano porque estaba realmente nerviosa por coger mi primer vuelo y por pensar en todo lo que me podía deparar ese viaje. Era la primera vez que Valentina y yo íbamos a convivir como pareja, como amigas o como personas, pero eso siempre puede traer problemas si no sabemos sobrellevarlo. Además, yo y todas mis manías tenían miedo de lo que pudieran ver, de no ser capaz de contenerlas y de que todas esas cosas a Valentina pudieran no gustarle.

Decidí no desayunar y arreglarme, quería estar algo más linda de lo normal para ella. Me maquillé, peiné y vestí y aun eran las 9:15 de la mañana, acabé de preparar el neceser y las cosas de uso personal y llamé a Valentina, solo quedaban 30 minutos para encontrarnos, pero necesitaba confirmar que estaba despierta y activa. El teléfono sonó más de 10 veces y empezó a comunicar, estaría liada con la maleta.

Llamé a Ana para que calmara mis nervios.

- Juli, buen día. ¿Ya estas listas? - dice de carrerilla nada más despertar.

- Buen día, estoy nerviosa más que lista. - admito.

- Deja los nervios a un lado Juliana, te toca disfrutar.

- Eso pienso hacerlo sobre todo...

- ¿Ya has hablado con Valentina?

- No, ahora la he llamado, pero no me ha cogido el teléfono. - digo algo decepcionada.

- Que raro. Bueno estará acabando de preparar maletas. - trata de tranquilizarme.

- Sí, eso espero.

- ¿A qué hora tienes que ir para el metro? - dice.

- Pues hemos quedado allí a las 10 así que en realidad debería salir ya para la estación de metro, tengo unas cuantas paradas.

- ¿Y a que esperas? No querrás llegar tarde... mira que si no te espera y se va sola. - dice de broma.

- Valentina no haría eso. - digo temblando ya.

- ¡Claro que no lo haría! Por dios Juliana, solo estaba bromeando.

- Estoy demasiado nerviosa Ana.

- Venga tira para el metro ya mismo.

- Esta bien, espera no cuelgues que cojo mis cosas... pero seguimos hablando que esto ayuda.

- Esta bien.

Dejo el móvil encima de la cama y me cargo el bolso y una pequeña mochila que llevaba en la espalda con cámaras de fotos y el portátil, seguramente tendría que presentar algún documento o contestar algún email mientras estuviera fuera y prefería estar preparada. Cojo el móvil, pero me lo dejo en la mano, agarro la maleta y las llaves de la habitación, salgo por la puerta con todo cargado y cierro detrás de mí. Cierro con llave, María también había salido a pasar unos días con su familia y dejaríamos la habitación completamente vacía durante una buena temporada. Vuelvo a ponerme el móvil en la oreja y empiezo a caminar.

- Ya está - digo nada más ponérmelo en la oreja.

- Perfecto ¿Ahora cuanto tardas hasta la estación?

- Nada, solo 5 minutos.

- Genial. ¿Bueno ya has mirado que quieres hacer por Los Ángeles?

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora