Cuando te vuelva a ver

51. Provocar a veces duele

A la mañana siguiente amanecí desnuda en una cama desconocida, en mitad de algún lugar en Los Ángeles pero abrazada al amor de mi vida. Con mi cabeza escondida entre su manta de pelo liso y oliendo ese perfume afrutado y cítrico que desprende su piel. Con mis pechos sin cubrir apoyados en su espalda también desnuda, mi brazo alrededor de su cuerpo y mis dedos entrelazados con los suyos, sintiendo sus labios sobre mi mano y su respiración rozando mi piel. Nuestros pies se tocan levemente y los noto fríos y delicados.

No consigo esconder la sonrisa que aparece en mis labios al recordar la de veces que he pensado en despertarme a su lado desnuda en la cama y besarla antes siquiera de darle los buenos días. La de veces que he soñado con vivir una vida a su lado, con hacerla mía y con poder decirle cada día lo mucho que la amo. Su cuerpo se ha convertido en mi lugar favorito en el mundo y no estoy dispuesta a permitir que eso cambie.

Aparecen leves recuerdos de la noche anterior, lo feliz que me sentía y lo completa que me hacía. Quiero vivir eso una y mil veces más. Quiero hacerla reír cada día y quiero esto, lo que ahora mismo estoy sintiendo, para el resto de mi vida. Una borrachera sin bebida, un temblor sin frío, un sueño pero estando despierta...

Empieza a moverse en la cama y deja un leve beso en mi mano, se despereza y observa su desnudez debajo de las sabanas, sonríe y empieza a moverse para quedar frente a mi. En ese momento la miro y veo que va a abrir los labios para darme los buenos días, pero yo no la dejo hablar, me lanzo a sus labios y los beso y ella me corresponde.

- Te amo - digo cuando me separo de ella.

- Te amo - me contesta feliz. - Buenos días. - susurra.

- Buenos días, perdón que no me he lavado los dientes antes pero... solo soñaba con eso.

- ¿Con que?

- Con besarte, nada más despertarme en la cama contigo.

- ¿Cuánto tiempo hace que sueñas con eso? - me pregunta aún ambas tumbadas en la cama, con voz baja.

- No puedo decirte cuánto hace que sueño con eso, porque no lo se, pero si puedo decirte esto... Si tuviera que volver atrás en el tiempo, volvería a esperarte las veces que hiciera falta solo para poder tenerte desnuda a mi lado en la cama al despertarme por la mañana. - acto seguido Valentina se lanza a mi boca y me besa. Me demuestra sentir exactamente lo mismo que yo, la palabra "te amo"  suena a poco cuando quieres hacérselo saber. El beso se prolonga unos minutos hasta que noto su mano rozando mi cadera y encaminandose a la parte más blandita de mi cuerpo. Lo agarra y disfruta de ello, me besa y disfruta, su mano sube hasta acariciar mi seno y se que también disfruta.

Por un segundo pienso que ojalá pudiera congelar estos momentos para recordarlos siempre, poder buscar en mi memoria cada recuerdo deseado y concreto para revivir esos momentos uno y otra vez.

- Ahora me doy cuenta que quizá esa no era una buena idea. - digo

- ¿Porque no? ¿Preferirias haberlo olvidado entonces? - pregunta Flor.

- No, realmente no, pero recuerdo los momentos iniciales de la ruptura y... dolía demasiado recordar todo eso. Incluso a día de hoy sigue siendo difícil recordar todos esos momentos con tanta claridad. - me quedo mirando a ambas que no saben que decir. - Estoy bien chicas, de verdad... ahora entiendo porque dolía tanto, simplemente es que la quise tanto que ni siquiera una despedida hubiera cerrado las heridas y recordarlo era difícil. Ya llegaremos a esa parte...

- Esta bien, pero de verdad no entiendo que pudo pasar...

Valentina seguía jugando con mi cuerpo a su antojo y ambas disfrutamos de la situación.