7. Todo por un trabajo

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- Y después de esto ¿qué hiciste? - dice Jazmín para romper el silencio que desde hacía un rato rondaba por el espacio. Ellas imagino que porque no sabían que más decir y yo me había quedado dando vueltas en mis recuerdos de Valentina y es que todo esto hacía que mis pensamientos divagaran entre mis recuerdos.

- Realmente nada, ¿qué podía hacer? Seguí con mi vida. Me centré en organizar todo lo que necesitaría para la universidad, empecé a hacer las maletas e intente disfrutar del verano con Ana. A principios de Septiembre tuve que ir a la universidad para instalarme en la residencia y conocer a mi compañera de cuarto. Pero por más que avanzaban los días ella seguía apareciendo en mis pensamientos, no quería torturarme pero la verdad es que no encontraba ningún estímulo para quitarla de ahí. Aunque buscara conocer a alguien y por más personas que Ana me presentara o hablara, ninguna estaba dentro de mis peticiones o gustos. Me volví un poco antisocial, con mi edad me tiraban onda muchos chicos pero algo hacia que yo no tuviera ganas de conocerlos, me volví exigente y siempre encontraba ese detalle que hacia que quisiera dejar de conocerlos. Me costó resistir la tentación de buscar a Valentina por internet y saber más de ella, pero algo dentro de mi me decía que estaba haciendo lo correcto.

Pero un día, después de salir de la Universidad, llegue a la residencia y subí directa a mi habitación, había pasado ya más de medio año desde la muerte de Laura y me creó la curiosidad. Estaba nostálgica y no conseguía que dejaran de venirme recuerdos de ella a la mente así que caí. Al entrar y comprobar que estaba sola, me senté en la cama y abrí el portátil, todas las habitaciones venían provistas con uno para poder estudiar y hacer trabajos.
Entré a google y teclee su nombre "Valentina Carvajal", entonces quedé absorta de la cantidad de información que salía sobre ella, tenía hasta una página en Wikipedia y un club de fans, no podía entender nada. ¿Realmente había gente que la seguía por ser hija del magnate de México?

Aunque me moría de ganas de entrar a todos y cada uno de los artículos, no lo hice. Quería pensar que si algún día tenía la oportunidad conocería esa Valentina o una incluso mejor, pero no me gustaba la idea de conocerla gracias a las noticias. Lo mío era soñar y aunque era bastante pesimista en aquel entonces, la ilusión no la perdí nunca. Lo que si no me pude resistir fue en cambiar la pestañita al apartado de imágenes, y ahí estaba ella, las había de todo tipo, con su madre, con bikini y en la playa con amigos, comprando... no entendía como le podía gustar esa vida, una totalmente controlada y dominada por la prensa. No tenía ningún tipo de intimidad y lo peor de todo es que seguro tenía que justificarse por cosas que ni siquiera había echo. Cerré el portátil y me tumbé en la cama. Me quedé mirando el techo y empecé a pensar de nuevo, fue entonces cuando me propuse dejar de ser el alma en pena de los últimos años, tenía que conseguir pasar página de algo que solo había estado en mi cabeza, no quería dejar de ser la chica aplicada y que aprobaba con buena nota las asignaturas pero sí necesitaba reencontrarme con mi parte de "adolescente en crecimiento"

- ¿Qué edad tenías para entonces? – pregunto Flor.

- Tendría unos 18 años, aunque no me faltaba mucho para hacer los 19.

- Vaya, ¿y qué hiciste?

- Empecé a salir de fiesta los fines de semana, me hice un grupo de conocidos dentro de la universidad y me empecé a divertir. Estaba en un campus así que hice lo que se solía hacer en los campus, quitando la parte de beber hasta perder el conocimiento. Básicamente después de probar varios tipos de alcohol, decidí que me gustaba más bien poquito.

- Pues bien que te veo beber vino... -dice Jazmín riéndose.

- Es que me he hecho mayor- bromeo.

Cuando te vuelva a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora