La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||

Capítulo 6🃏

ADELINE IVANOVA

-¿Qué te sucede Adeline?-inquiere él con cierta gracia en su tono.

No puede ser.

Yo lo vi, yo lo recordé.

Me acerco hacia él y quedo a unos pocos centímetros de su boca, siento como su respiración comienza a agitarse y decido que es mi momento de jugar.
Coloco mi mano derecha en su cuello el cual acaricio suavemente, el rostro de Keegan está serio y sus brillantes ojos azules me observan con cierta intensidad. Muerdo mi labio y no quito la mirada de sus ojos, sé perfectamente que está luchando con él mismo para no besarme en este mismo instante.

Acerco mi boca más cerca de la suya y automáticamente una mano se posiciona en mi cintura, como si quisiera asegurarse de que no saldré huyendo de él. Siento su mano pesada sobre mí y un maldito hormigueo recorre mi cuerpo.

No.

Yo estoy jugando con él, no él conmigo.

Trato de que mi respiración no se desestabilice y vuelvo a lamer mis labios con cierta sensualidad, ambos estamos en silencio pero nuestras miradas hablan por sí solas. Su mano en mi cintura comienza a empujarme suavemente hacia él, su cuerpo logra pegarse junto al mío y una pequeña sonrisa llena de ego se dibuja en el rostro de Keegan.

No sé que mierda sea a lo que estamos jugando, pero no seré yo la que pierda.

Dejo firme mi mano en su cuello y comienzo a besarlo, lo hago de una manera suave y con la intención de que me desee cada vez más. Él se sorprende cuando mi boca se une con la suya pero automáticamente continúa con el beso, con su otra mano toma mi trasero y le da un pequeño apretón que logra volverme completamente loca. El beso se vuelve cada vez más intenso y Keegan decide introducir su hábil lengua en mi boca, se encarga de jugar con ella mientras apreta mi cuerpo hasta pegarlo al suyo.
Nuestras respiraciones comienzan a alterarse mientras nuestras bocas se devoran deseosas de más.

Coloco mis manos en su nuca y lo guío lentamente hacia la puerta de la cocina. Camino de espaldas sin despegar su boca de mía hasta que choco contra lo que es la cerámica de la encimera. Keegan me toma en sus brazos y me sube arriba de ella.
Me separo de él y lo observo con una sonrisa perversa, su respiración está agitada y sus labios hinchados. Levanto mis brazos y me saco la remera, él la tira a un lado y comienza a desabrochar mi sujetador desesperado.

Lo dejo y nuevamente mis tetas quedan al aire libre, listas para ser admiradas por Keegan Petrov.

Les da un pequeño vistazo acompañado de una sonrisa juguetona para luego comenzar a besar mi cuello con delicadeza, siento como todo mi cuerpo se estremece y suelto un pequeño jadeo cuando una de sus manos toca mi pezón izquierdo.
Su boca comienza a lamer el lóbulo de mi oreja pero antes de seguir susurra algo en mi oído.

-Están duros y erguidos...

Maldita sea. Su voz ronca y sensual hace que aumente mi excitación con tan solo escucharlo hablar.