Capítulo 7🃏

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ADELINE IVANOVA

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ADELINE IVANOVA

—¿Qué hacen todos esos periodistas allí?—pregunto espantada por la situación.

Keegan tira el celular en la mesa y el timbre vuelve a sonar varias veces, él está furioso y su rostro se ha transformado completamente.
Comienza a caminar de un lado a otro sin parar mientras yo trato de buscar una posible solución a todo esto.

—¡No sé! ¡no sé que carajos hacen ahí!—grita alterado.

Si que lo sabe, los dos lo sabemos.

Bastaba un par de días para que el gobernador mande a su manada mediática, él no se quedará tranquilo y sabe perfectamente que la prensa lo volverá loco a Keegan. Este es el momento en donde toda la locura empieza a desbordarse, ahora el caso es público y la condena social aparecerá en cualquier momento.

Respiro hondo y salgo de la cocina, siento los pasos de Keegan siguiéndome por detrás. Llego al living y busco el control remoto, prendo la televisión y en el primer canal de noticias encuentro lo que esperaba encontrar.

Cámaras en vivo en la puerta de la casa de Keegan.

Volteo y lo veo a él observando la televisión para luego poner su vista sobre mí, esta vez no es una mirada de odio o resentimiento, es una mirada en busca de ayuda.

—¿Qué haremos?—pronuncia agotado.

Já.

¿Ahora volvemos a ser equipo?

Lo miro con una sonrisa burlona y sé perfectamente que entiende mi referencia. Le pongo mute a la televisión y me volteo para mirarlo, de repente estoy seria y lo único en lo que pienso es en arreglar esto.

Comienzo a pensar mientras me muerdo el labio inferior y planeo alguna estrategia.

—No saldremos ahora, lo que quieren es obtener una declaración tuya pero no le daremos el gusto—hablo concentrada en mis palabras—. Te harás rogar como un puto rey, darás tu declaración un día antes de la próxima audiencia—le indico.

La comisura de sus labios se eleva y noto como su ego es alimentado por mis palabras. Su postura ante mí cambia y decide acercarse con otras intensiones. Aún no olvido lo que sucedió hace unos instantes así que me hago dos pasos hacia atrás, antes de que me haga prder el control.

—Me encanta cuando te pones así de ruda e inalcanzable—pronuncia con su mirada en mí.

Suspiro y lo rodeo para irme hacia el otro lado. Mi celular comienza a sonar y leo en la pantalla el nombre de Vincent, es una videollamada.
Decido atenderlo y de inmediato Keegan se para detrás mío, dando su rostro a la dulce cámara de mi celular.

—Dime, vincent—pronuncio en voz alta.

Veo como Keegan se observa a él mismo en la pantalla de mi celular y doy un suspiro.

La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora