ADELINE IVANOVA.
Las miradas que comparten entre ellos dos son fulminantes y no sé cómo reaccionar a este tipo de situaciones. Una parte egocéntrica de mi se siente feliz por este momento, pero la otra, solo piensa que nada bueno saldrá de esto que está sucediendo.
Ninguno de los hermanos cede, sus orgullos no los dejan.
Los segundos se hacen eternos hasta que por fin uno de los dos es capaz de reaccionar, pero no de la manera que yo esperaba. Khlaus corre la vista de su hermano y vuelve a tomar una postura un tanto amargada, sus iris celestes caen sobre mí y siento el peso del frío que carga su mirada. Trago saliva, lo observo expectante hasta que su boca se abre para pronunciar las siguientes palabras.
—Mi hermano te mostrará tu habitación, instalate y en una hora te quiero aquí.
Su tono es frío, distante y un tanto mandón.
Tal vez todo lo que creí conocer de Khlaus en este poco tiempo no fue más que una falsa personalidad para lograr que me uniera a su maldito clan. Suena enfermo estar pensando el lado malo de cada acción de una persona pero no puedo evitarlo, no confío en nadie y mi mente perfeccionista se encarga de analizar todo.
Keegan se mantiene serio mientras que su hermano desaparece de nuestro campo de visión. El clima tenso no desaparece, me volteo para volver a subir la escalera pero su mano grande y fuerte toma la mía en un intento de acercarme a él.
—No hemos terminado, preciosa—susurra en mi oído, rozando su nariz en mi cuello.
Me muerdo el labio inferior de forma inconsciente y trato de controlar la tensión sexual que se ha creado entre nosotros dos, no sé porqué razón pero Keegan lo siente tanto como yo.
Tomo aire y me paro frente a él, mis ojos se cruzan con los suyos y una sonrisita picarona crece en su rostro.
—Yo sí he terminado—hablo firme—. Muéstrame mi habitación.
El pelinegro no borra su sonrisa, pero su mirada me dice que se ha desilusionado. Asiente con la cabeza y comienza a subir la escalera, lo dejo que pase pero antes de seguirlo volteo disimuladamente y confirmo lo que he visto de reojo. Khlaus estaba parado en el umbral de la puerta y aunque se lo veía muy ocupado hablando por teléfono, su mirada estaba en nosotros. Definitivamente acaba de presenciar nuestra conversación.
Perfecto, por ahora no necesito al jefe del crimen organizado en mi contra, no todavía.
Subimos al siguiente piso y Keegan me guía por el pasillo, sus músculos están tensos. Se detiene frente a una puerta blanca que está en una esquina, saca una llave de su bolsillo y la abre. Todo lo hace en perfecto silencio, ignorando el hecho de que estoy justo a su lado siguiendo cada uno de sus pasos.
Nos adentramos en la habitación y la observo detalladamente, es amplia y está todo perfectamente decorado con colores grises y blancos. Tiene una pequeña terraza que deja una buena vista al parque de la casa, desde aquí podría ver cada movimiento de esta casa. Es extraño que Khlaus no tenga esta habitación.
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La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||
ActionUna abogada corrompida por sus propios demonios. Una mafia sangrienta y peligrosa. Dos hermanos capaces de hacer arder el mundo por conseguir lo que quieren. Una pasión implacable que causará una desastrosa guerra de poder en Rusia. > #1 borderl...