Capítulo 55🃏

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ADELINE IVANOVA

No podría decir que es peor, mi rabia o la decepción que llevo dentro. Podría negarlo pero no serviría de nada, Khlaus logró causar una herida en mí con sus malditas palabras pero eso solo me da más aliento para hacer lo que tengo que hacer. Está claro que él y yo no nacimos para ser parte del mismo bando.

Khlaus quiere todo el control y yo busco lo mismo.

En ese momento, cuando me miró fijamente a los ojos y me dijo aquellas palabras me sentí tan pequeña como nunca nadie me había hecho sentir.

Estoy herida y ni siquiera sé si en verdad siento algo por él, lo único que sé es que una vez más no soy yo a la que eligen...

Porque nunca me eligen.

Y estoy tan cansada de eso. Estoy tan harta de que todos me abandonen, de  estar a la defensiva porque en el más mínimo error lo utilizan para dañarme.

No soy una santa y no pretendo serlo.

Pero a veces ser yo simplemente me agota.

Mi mente es un caos y todos aportan a eso.

He estado evitando el test de embarazo pero me veo sin otra opción, aquí estoy otro día más sola, en el baño de mi habitación esperando un resultado que posiblemente acabe con mi poca estabilidad mental.

En el fondo ya sé el resultado.

Pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde.

Suspiro y salgo del baño para comenzar a caminar nerviosa por toda la habitación. Abro las cortinas de mi ventana y observo a los hermanos Petrov en el jardín, la vista desde mi ventana es amplia y logro verlos con claridad. Es el mediodia y hay bastante movimiento en la finca, Keegan y Khlaus están revisando unas pistolas que llevan en sus manos, están muy concentrados en lo que están haciendo y un nudo se instala en mi garganta.

Estoy a punto de ver un resultado que nos afectará a los tres y ninguno tiene idea.

Respiro hondo y noto que ya han pasado los cinco minutos de espera, intento prepararme mentalmente para entrar al baño y ver ese test de embarazo.

Cuando estoy a punto de hacerlo, alguien toca a la puerta y me causa más nervios.

—¿Quién es?—pregunto en un tono alto.

—Soy yo Adeline, quiero hablar contigo—responde Keegan desde el otro lado de la puerta.

Mierda.

Entro en pánico y no sé que excusa poner.

Sí no respondo querrá entrar y eso será peor.

No puede enterarse.

—Estoy ocupada, en unos minutos bajo—hablo.

No responde.

—No tienes que evitarme, solo quiero hablar sobre la reunión con John y lo...—continua hablando.

—Ay ya, Keegan, vete—lo interrumpo y es lo primero que sale de mi boca.

Él me ha presionado.

¿No puede simplemente esperarme y ya?

Dramático.

No se escucha nada más y luego me acerco a espiar por el pequeño agujero en la cerradura de la puerta que da al pasillo, no hay nadie.

Se fue.

Vuelvo a respirar e intento calmarme.

Ok, tengo que ver.

La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora