Capítulo 33🃏

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ADELINE IVANOVA

Suspiro al mismo tiempo que pongo los ojos en blanco y puedo sentir las llamas que se crean a nuestro al rededor.
Kaia me mira a los ojos y se acerca a su hermano mayor para hacer un vago intento de defenderme.

—Ade estuvo conmigo todo el día —expresa de inmediato—. Fuimos de compras a la ciudad.

Khlaus se ve tranquilo e incluso paciente pero su mirada expresa lo molesto e irritante que está por dentro. Su mirada intensa se desvía como una máquina hacia su hermana.

—No te pregunté—espeta de mala manera.

Kaia frunce el ceño de inmediato, no le gustó para nada la manera en que él le habló y puedo verme venir el explosivo carácter que al parecer es característico en los Petrov.

—Entonces deja de comportarte como un idiota controlador, no eres el dueño del mundo Khlaus—suelta en un tono furioso.

Con solo presenciar esta discusión de hermanos puedo llegar a la conclusión de que Keegan es el favorito de Kaia, logro confirmarlo luego de que él abra su boca.

—Kaia ve a tu cuarto—pronuncia el pelinegro con una mirada amigable hacia su hermanita.

Ella no se tarda mucho en recibir su orden y obedecerlo sin queja alguna, a diferencia de Khlaus, Keegan tiene mayor autoridad hacia su hermana.
En cuanto quedamos los tres solos, un escalofrío recorre mi espalda y puedo sentir sus miradas intimidantes. Los miro a ambos y lo único que sale de mí es esbozar una sonrisa.

—¿Hacía falta tanto escándalo?—pronuncio normal.

Mi mirada baja hacia sus cinturas, donde ambos dejan a la vista sus pistolas las cuales no los había visto lucir hasta ahora.

Sé la razón por la cual Khlaus está furioso pero no soy capaz de comprender la molestia de Keegan.

—Entremos—pronuncia Keegan y de inmediato se da la vuelta.

Los sigo tranquilamente, el viento de la fría noche golpea mi rostro pero de igual manera luzco mi corto vestido. Definitivamente tengo una forma de vestir y ella implica usar siempre vestido. No importa el clima, no importa la ocasión o el ánimo, tengo una figura la cual amo mostrar y no me limitaré por nada ni nadie.
Entramos a la casa en completo silencio, pienso que nos quedaremos en el living pero me llevan hacia una de las habitaciones que no había entrado antes. Es grande, incluso más que mi cuarto. Es como una especie de oficina con una mezcla de sitio de descanso, al parecer suelen pasar mucho tiempo aquí.

Observo con detalle, las paredes son de color gris topo que hacen contraste con los muebles y las decoraciones en negro.

No espero una invitación, decido sentarme en un sillón de cuero negro que hay en una de las esquinas. Puedo oír el seguro de la puerta y una sonrisa se dibuja en mi rostro automáticamente, el clima es tenso y silencioso pero cambia completamente cuando ambos se paran frente a mí y los tres hacemos contacto visual.

¿Me extrañaron? ¿Ese es el drama?

Los miro divertida y espero a que uno de los dos hable.

—Te lo advertí desde un principio—habla Khlaus—, esto no es un juego Adeline. No puedes hacer lo que quieres en el momento en que lo quieres, no aquí—expresa en un tono duro.

Mi rostro se torna serio y por un momento me siento regañada.

—¿Qué hice?—pregunto provocadora.

Intento molestarlo y sé que a fin de cuentas lo lograré.

—Te fuiste corriendo hacia tus debilidades—pronuncia Keegan.

La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora