La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||

Capítulo 43🃏

ADELINE IVANOVA

Abro mis ojos lentamente intentando espabilarme pero la luz que entra a la habitación me irrita demasiado. Respiro hondo y busco moverme de la cama, sin embargo, me siento sofocada e incómoda.

Logro sentarme y miro hacia mis lados, Khlaus y Keegan duermen boca abajo en cada lado. Intento recordar bien lo que sucedió anoche pero a penas puedo mantenerme despierta, observo sus espaldas desnudas y marcadas mientras duermen profundamente.

Esto se siente raro y ni siquiera yo puedo entender que hago aquí, durmiendo entre dos hombres.

Nunca había pasado por mi mente que podría verme en una relación de poligamia, ni siquiera estoy segura de si esto lo es. Quizás sólo nos gusta pasar el rato los tres y nada más, pero vernos de esta manera sólo hace que me cuestione absolutamente todo...

Me gustan, me gusta el sexo con cada uno pero cuando somos los tres, la piel se me eriza y absolutamente todo se siente como el paraíso. Se supone que habíamos arreglado que no necesitábamos etiquetar esto pero no puedo, no importa cuanto intente evadir las preguntas, necesito respuestas todo el tiempo. De algún modo es por mí, para saber lo que me sucede con ambos, para tener respuestas sobre mis emociones por una vez en la vida.

Suelto un suspiro agotador.

Estiro mi brazos cuidadosamente y busco mi celular, hoy estoy irritante, al menos disfrutaré un poco más de estar echada en la cama. Me acomodo con la almohada en la espalda y entro a mis redes sociales para entretenerme.
Paso algunos minutos consumida en cosas desde vídeos de cocina hasta fotos de la última moda que se viene.

Deslizo mi dedo tranquilamente hasta que me encuentro con una publicación de Lara.

Ni siquiera sé porqué aún la sigo.

Es una fotografía de unas invitaciones muy preciosas y elegantes, en letra cursiva dice "Max y Lara". Miro atentamente cada detalle al mismo tiempo que hago zoom con mis dedos, luego me enfoco en lo que ha escrito ella, lo cual me hace sentir desagrado.

"Gracias a todos los que me confirmaron que tienen su invitación a nuestra boda"

Sinceramente, no sé porqué el sabor amargo se instala en mi garganta una vez más. Es obvio que no soy bienvenida y por eso mismo no fui invitada, pero me agota pensar en que aún cuando lo único que he hecho es pagarle con la misma moneda, me excluyen como si no fuera de la familia.

Bloqueo el celular y sin pensarlo, lo tiro sobre la cama. Mi mal humor aumenta cada vez más y estoy más que segura que hoy será un mal día.
Suspiro y cierro los ojos intentando pensar en algo bueno.

—¿Qué sucede?—pronuncia una voz ronca a mi lado.

Me incorporo y giro mi rostro para verlo.

Khlaus me observa adormilado, intentando comprender la situación.

Sonrío y es porque se ve hermoso, aún cuando a penas acaba de abrir sus ojos...

—Nada—miento.

Traga saliva mientras busca la manera de sentarse apoyando la espalda en la cabecera de la cama. Su mirada celeste se ve más intensa que de costumbre, sus ojos levemente hinchados lo hacen ver de una manera más tierna. Me mira fijamente y creo que se está dando un tiempo para despertarse bien.

Junto mis labios intentando reprimir una sonrisa graciosa, él lo nota pero su rostro sigue serio.

Su mirada penetrante baja por mi cuerpo y me pongo sería cuando se queda mirando el celular que tiré en medio de la cama.