KEEGAN PETROV
Luego de que Adeline salga del vestidor, me quedo dentro esperando pasar unos segundos para salir al igual que Khlaus. El clima está completamente tenso, lo observo desde mi posición como se abrocha tranquilamente el pantalón y mi puño se aprieta con más fuerza.
Maldito hijo de puta su autocontrol y la manera racional de joder a las personas.
—Dilo de una vez, Keegan—dice dándome la espalda.
Rio de forma irónica.
—¿Qué te hace pensar que soy yo el que quiere decir algo?—respondo provocativo.
Se voltea rápidamente y su mirada se clava en mi, noto como su mandíbula se tensa. Ninguno es capaz de hablar, al menos no en este momento pero ambos sabemos cual es el problema aquí.
Mi hermano y yo nos conocemos tanto que ninguna persona en el mundo podría hacerme dudar de el, hemos crecido juntos en un mismo mundo y a pesar de las grandes diferencias nuestra conexión es más fuerte que cualquier otra cosa. Al menos así lo fue siempre...
Su autocontrol aparece nuevamente y con una sonrisa se voltea y sale del probador sin decir mas, la bronca se apodera de mi cuerpo, no soy capaz de evitarlo. Me tomo unos segundos para calmar mis impulsos hasta que decido salir de allí, me encuentro con una imagen un poco peculiar. Veo a Ade riendo mientras observa las prendas y mi hermano le dice algo al oído.
Quizás hacer esto fue una muy mala idea.
Paso por al lado de la empleada del local y me sonríe de manera provocativa, aprovecho la situación y me acerco a ella.
—¿Aburrido?—pregunta con su mirada fija en mi.
Lamo mis labios y le sonrío.
—Un poco—respondo y me acerco aun mas a ella.
Me mira cargada de deseo mientras que sus piernas están inquietas, sus pupilas están dilatadas y sus dedos se mueven constantemente buscando apaciguar los impulsos que su cuerpo expresa, puedo reconocer este tipo de reacciones en las mujeres. Reconozco el instinto masoquista propio del género femenino, son inteligentes y capaces de reconocer el peligro en un hombre desde el primer instante, pueden clasificarnos con tan solo observar y aun así, eligen arriesgarse y probar el sabor de un hombre jodido.
Eso es lo diferente en Adeline, ella no es así. Todo en si misma es incógnito e impredecible, puedo tenerla en frente y aunque estemos tan cerca como para reconocer sus reacciones nunca sabré si su mirada es de deseo o ganas de asesinarme. Se escode detrás de enorme muro del cual nadie es capaz de sacarla, desde el primer momento en que la conocí quedé loco por su personalidad tan oscura y fogoza al mismo tiempo.
Puedo decir esto con mucha seguridad y es que, Adeline Ivanova es capaz de manipular el mundo a su antojo sin siquiera esforzarse. Ves en ella lo que ella quiere que veas, sientes por ella lo que ella quiere que sientas y conoces tan solo lo que ella quiere que conozcas.
Una mujer que me sorprende cada dia, la mujer que se me ha metido en la cabeza desde que la observe por primera vez y la cual admirare a cada segundo. Ella ha roto tantos moldes y estereotipos en mi mente que no soy capaz de explicar lo que provoca en mi.
—¿Son novios?—inquiere la rubia rompiendo el silencio.
Sigo su mirada y veo que se refiere a Khlaus y Adeline, sonrío y exhalo al mismo tiempo.
—Es nuestra hermana—miento descaradamente.
Al principio se sorprende pero luego se siente aliviada y una espléndida sonrisa se dibuja en su rostro moldeado.
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La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||
AçãoUna abogada corrompida por sus propios demonios. Una mafia sangrienta y peligrosa. Dos hermanos capaces de hacer arder el mundo por conseguir lo que quieren. Una pasión implacable que causará una desastrosa guerra de poder en Rusia. > #1 borderl...