ADELINE IVANOVA
Camino lo más rápido posible hasta que logro entrar a la casa, todo está en silencio y oscuro. La luz del living es la única que está encendida a gran volumen. Voy por el pasillo silencioso pero antes de seguir caminando, me topo de frente contra Max. Lo miro intentando decirle algo pero me ignora completamente y pasa por mi lado evitandome.
Sigo mi paso hasta entrar al living, allí veo a Lara sosteniendo la cabeza de mamá que no para de vomitar en un balde entre sus piernas. Ella me ve a penas entro y no hace más que suplicarme ayuda con su mirada.Me acerco esquivando los cristales de las cosas rotas, que seguramente rompió Lidian en su estado de ebriedad.
—¿Qué haces Lidian? ¿Otra vez?—pronuncio seca.
Ella toma aire para controlar sus arcadas mientras Lara le da un vaso de agua, lo bebe y luego levanta su vista hacia mí para mirarme a los ojos.
—¿A que has venido?—responde con resentimiento.
Río y Lara me lanza una mirada de acusación.
A unos pocos metros de ellas, miro a mi madre con indiferencia, con la misma decepción con la que ella me observa en cada segundo de mi vida. Lidian no se merece menos.
A pesar de reprocharme su perfección cada día, no lo es como aparenta. Hace ya casi tres años que tiene problemas con el alcohol, aveces dice que lo controla pero otras veces se emborracha hasta perder el conocimiento y se pone agresiva, logrando acabar con cada cosa que se le interponga en el camino.—A ver el desastre que has provocado—pronuncio y luego miro a Lara—. ¿Y papá?
Mamá suelta una risa y Lara pone los ojos en blanco para luego responder a mi pregunta.
—En el trabajo, supongo.
Claro...
Siempre ha sido así y sin embargo, aún sigo esperando que algo cambie en toda esta familia rota.
Dicen que todos tenemos al menos una persona en nuestra vida que es capaz de destruirnos por completo, en mi caso, las personas capaces de destruirme si así lo desean son ellos... mi propia familia.
Me acerco a Lidian y con mi dedo índice y mi perfecta uña larga le levanto el mentón para que me observe.
—Tienes que bañarte, cambiarte e irte a dormir antes de seguir haciendo otro escándalo—hablo seria—. Ya eres bastante mayor para que tus hijas tengamos que aguantar tus idioteces.
Mis palabras son duras y seguramente ninguna hija se las hubiese dicho a su propia madre, pero yo sí. Con Lidian tenemos una relación demasiado peculiar y a pesar de todo, soy la única que la puede hacer reaccionar en cualquier situación.
Ella suspira y en pocos segundos corre la mirada para luego ponerse de pie e irse por la puerta.—Tienes que dejar de hablarle de esa manera, es nuestra madre, Adeline—espeta Lara.
—Y yo soy su hija, ¿le has dicho eso a ella?
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La abogada del diablo© ||#1 Trilogía Purgatorio||
AcciónUna abogada corrompida por sus propios demonios. Una mafia sangrienta y peligrosa. Dos hermanos capaces de hacer arder el mundo por conseguir lo que quieren. Una pasión implacable que causará una desastrosa guerra de poder en Rusia. > #1 borderl...