Ver para creer

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— Hola y perdona —comenzó— no pretendía asustarte.

Beatriz estaba sin habla, eso sí con los ojos abiertos como platos.

— Tenía que comprobar que eras tu y por favor, no preguntes como he conseguido tu dirección —pidió avergonzado pero divertido.

La chica seguía muda, estaba en shock la pobre.

— ¿Estás bien? —preguntó Chris ya algo preocupado.

— Nunca he estado mejor —soltó pensando en voz alta, al darse cuenta porque Chris había soltado una carcajada se sonrojó.

Dirigió su mirada hacia donde Amanda se encontraba unos instantes atrás para comprobar que se había ido, ver que ya no estaba la alivió levemente. No podía creer lo que acababa de sucederla, Chris Evans la había encontrado a ella cuando se suponía que era ella quien había ido hasta Boston para buscar a Chris. A eso es a lo que se refieren cuando dicen eso de que la vida da muchas vueltas; normal que Beatriz se marease. Además tenía que ser nada más y nada menos que la noche de final de año, como si no hubiera días para elegir. En el fondo, por supuesto, estaba histérica perdida de la emoción, sin embargo tenía que mantener las formas por muy dura que fuera dicha tarea.

Chris, por su parte, ardía en deseos por disfrutar de un corto paseo para conocerla mejor y poder así aliviar esa sensación interna que tanto le agobiaba tras encontrarse con Beatriz. Mentiría si dijera que no estaba nervioso, nunca había cometido tal locura de seguir a una chica y dejar una nota tan misteriosa, por eso quería normalizar la situación todo lo posible.

— Supongo que esta noche tienes planes, como todo el mundo claro, pero me gustaría que me concedieras quince minutos de tu tiempo para dar un paseo —dijo casi en súplica, temeroso de una respuesta negativa.

— ¡Claro! —accedió Beatriz rápidamente, quizá demasiado rápido.

Ambos comenzaron a andar en la mismo dirección y luego de unos cuantos pasos en silencio, casualmente, decidieron comenzar a hablar a la vez pero Chris, como buen caballero dejó que hablará Beatriz.

— La próxima vez que quieras quedar conmigo preferiría menos misterios —los nervios la hacían estar a la defensiva, y se arrepintió de decir eso que parecía una indirecta.

— No quería decir que era yo por si pensabas que era algún embustero que quería hacerte una broma, lo siento.

— Da igual, pero no vuelvas a hacer algo así —aconsejó.

— Así que trabajas en el hospital... —dijo con tono interrogativo.

— No, yo no trabajo ahí... La verdad es que es una larga historia —respondió enfatizando en "larga".

— Quedan once minutos —dijo Chris mirando su reloj— tenemos tiempo, soy todo oídos.

— No quiero aburrirte —lo que no quería era contarle todo, especialmente la parte en la que había soñado con él.

— Prueba —insistió.

— No —concluyó demasiado cortante— otro día quizás —intentó suavizar junto a una media sonrisa.

Beatriz se maldijo internamente y para colmo estaba tiritando por culpa de los nervios. Chris notó el temblar de Beatriz y supuso que era por frío así que se quitó la chaqueta con ademán de prestarsela a ella. Beatriz, al ver las intenciones de Chris, en un mal intento disimuló tener calor. Por eso ella no paraba de maldecir su torpeza una y otra vez. Sin embargo, segundos después siguió temblando.

— A riesgo de padecer una periodista, ¿por qué no me cuentas algo sobre tí, Chris?

El joven se rió y dedicó una amable mirada a Beatriz antes de contestar.

— No todo lo que digo en las entrevistas es del todo cierto.

— Y la hierba es verde —soltó Beatriz.

> Malditos nervios —pensó ella.

— Está bien —Chris tomó aliento antes de proseguir— me gustas, ¿vale? ¡Ya lo he dicho! —confesó divertido.

Gracias a la cara de Beatriz, el actor supo que había sido demasiado directo.

— Tengo que irme —dijo Beatrix con el corazón a mil y se fue corriendo sin decir adiós, dejando plantado a Chris.

Cualquier viandante que viera la escena pensaría que Beatriz estaba huyendo de Chris, y estaría casi en lo cierto. Chris no esperaba esa reacción en absoluto y le dolió bastante, pero se echó la culpa a sí mismo. Aún así rendirse no estaba en sus planes por lo que seguiría intentando establecer una relación con ella, aunque fuera de amistad. Al final, tristes los dos, se fueron cada uno a sus respectivos lugares de celebración de año nuevo. En el hospital todos estaban ya cantando y esperando ansiosos a las campanadas, la verdad es que ese era el primer año que Beatriz no iba a comer las tradicionales doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año, en este caso el 2015. Pero después de lo de Chris era un detalle a pasar por alto. Después de saludar a los pequeños, Amanda tomó a Beatriz del brazo con la intención de saber todo lo ocurrido con Chris.

— ¿Tan mal a ido para que traigas esa cara?

— Peor —se quejó disgustada.

— Pues qué te ha hecho —preguntó.

— Más bien qué he hecho yo: la he fastidiado. Me he ida corriendo... —informó llevándose las manos a la cara para tapar su desánimo y vergüenza.

— Bea, seguro que exageras —dijo Amanda intentando consolar a su amiga— si te has idóneo así algo habrá hecho el, así que la culpa seguro que es suya.

— Soy irremediablemente gilipollas Amanda, enséñame cuanto me ha dicho eso yo....

Amanda dejó que se tranquilizara un poco Beatriz, sin insistir en que esta contara lo previamente sucedido entre Beatriz y Chris.

— Me ha dicho... Y cito textualmente —hizo una pequeña pausa— Me gustas, ¿vale? Ya lo he dicho...

— WTF?! Beatriz eso es superfuerte y —Beatriz la interrumpió.

— Y yo supertonta, ya lo sé. Me he asustado y me he ido.

— Bueno tú no te preocupes, ya verás como vuelves a verle. Me apuesto una cena.

— Acepto la apuesta, no querrá volver a verme después de mi inmaduro comportamiento...

— Te doy las gracias por la cena por adelantado —dijo Amanda sonriemdo ampliamente.

— Anda, mejor mejor voy con los peques y menos olvidó del esto hasta el año que viene —bromeó.

Y así pasó la noche, jugando y cantando con sus hermanitos, hasta que llegó el 2015. Al final, como las enfermeras echaron a los no ingresados a los cinco minutos, pudo acompañar a Amanda hasta el bar y de paso desear un feliz año nuevo a sus compañeros y a John. Mientras iba a casa mantuvo la tonta esperanza dé encontrado con Chris del nuevo, esperanza que se esfumó entre cuanto advirtió que los únicos que rondaban lo calle eran uno cuantos adultos celebrando el año nuevo.

Después de ese día tan inusual, y darse una buena ducha, se acostó aunque por sus pensamientos y los ruidos de las celebraciones no concilió el sueño hasta bien entrada la noche. Al menos pudo tranquilizarse al saber que en casa todo iba bien. Cuando habló con Paula decidió callar lo de la nota para centrarse en su amiga a la que tanto añoraba, como a su madre, incluso a David. Pasaron unas semanas y seguía sin tener noticias de Chris, el único consuelo que la quedaba era saber que Amanda por fin era feliz, dentro de lo que cabía, salir con John estaba siendo la mejor medicina para ella. Ya era uno de febrero y, pese a intentarlo, Beatriz no conseguía olvidar su patético encuentro con Chris. El recuerdo se repetía continuamente en su mente. Probablemente esa fue la causa por la que, mientras estaba en el bar, no se percató de la presencia de Chris Evans.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora