Inesperado

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Fin de carrera, buenas notas y un brillante futuro como ingeniera si no fuera por la crisis. Beatriz acababa de graduarse y todos la aconsejaron hacer el máster. El problema es que ella estaba harta de tanta adulación, ser ingeniera no era su vocación. Lo suyo era, era... Otra cosa. En Boston descubrió una faceta de sí misma que no conocía, la cual, poco a poco, adquiría mayor importancia. Aunque no era consciente de esa cualidad, por lo que simplemente se sentía bloqueada. Otra de sus preocupaciones era no tener noticias de Amanda, después de poco más de un año no tenía constancia de Amanda ni de Alice. Se decía a sí misma que era una buena señal, que todo las iba bien y ya se habían olvidado de ella.

Entonces su mente entrelazó sus pensamientos hasta tener la convicción de que el actor también la había olvidado. Según la contaba Paula, por que ella era incapaz de buscar en Google, Chris seguía soltero y tan ansioso de formar una familia como siempre. Odiaba que Paula insistiera en el tema, quería olvidarse por imposible que fuera, porque en el fondo sabía que no había acabado y aborrecía tan siquiera pensarlo. Es de entender que duele estar separado de tu alma gemela, tanto si lo sabes como si no, ese dolor provoca la búsqueda de esa persona. Es difícil encontrarlo pero precisamente lo es para que merezca la pena. Así es el universo, o el karma, o lo que cada uno crea, o nada si eres ateo. Cada cual sabe lo que se hace, sin olvidar lo más importante: el respeto.

— Beatriz, tienes correo —anunció su madre.

— Genial —contestó sarcásticamente y entonando los ojos.

— Con la crisis que hay y tu quejándote de recibir becas para cursar un máster —farfulló.

— Mamá, aún con las becas no nos lo podemos permitir...

— Si no te hubieras ido a Boston, ojalá no lo hubieras hecho —aquí comenzaba la discusión.

— ¿Otra vez con eso? —se calmo como pudo porque no quería discutir— Lee tú las cartas, no me veo capaz de hacerlo yo —pidió.

Su madre se tranquilizó porque su hija cedió, al menos, a leer las cartas aunque lo tuviera que hacer ella misma. Ya iba por la tercera carta y su madre entusiasmada por ver el interés de las universidades en tener a Beatriz como alumna, ofreciendo ayudas y becas muy sustanciales. Entonces llego la cuarta carta, con sólo observar el sobre la progenitora quedó bastante extrañada, aún así lo abrió y al leerlo produjo un sonido que llamó la atención de Beatriz.

— ¿Qué pasa mami? ¿Alguna uni se ofrece a pagarme el curso entero? —preguntó bromeando.

Su madre la dio a leer el papel y entonces la expresión facial de Beatriz cambió por completo. Como pudo la leyó en voz alta.

— Estimada Beatriz. Averiguar tu dirección ha sido un tanto difícil así que esperamos que, como agradecimiento a nuestro esfuerzo, acudas a nuestra boda. Firmado John y Amanda. PD: Alice milagrosamente está bien, y encontrarás todo lo que necesites saber en en reverso de esta hoja.

Se quedó muda, tanto que su madre se asustó.

— Cariño, ¿te encuentran bien?

— Oh My God —exclamó boquiabierta.

— ¿Qué? —su madre no entendía inglés.

— Qué fuerte —murmuró, haciendo caso omiso a la pregunta de su mamá.

Necesitó un buen lapso de tiempo para volver a la realidad y cuando lo hizo se puso como loca saltando y corriendo por toda la casa, necesitaba agotar la adrenalina que corría por sus venas. Llamó a Paula para quedar y contárselo todo.

— Venga dime ya qué ha pasado —insistió mientras se tumbaba en la cama de Beatriz.

— Ay señor me va a dar un ataque al corazón —grito mientras corría estáticamente, estaba de pie de la emoción.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora