Descubierto

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— ¡La frase está en inglés!

— Claro, cómo no —dijo Paula sarcasticamente.

Ellas no tenían pinta de entender por qué eso era importante, por tanto, David insistió.

— ¿Sabéis lo que significa? Que fuera quien fuese es inglés —aclaró, con sus cejas alzadas y las manos extendidas, insistiendo en la evidencia.

Entonces lo entendieron. David tenía razón, era tan obvio que se lo habían pasado por alto.

— Eso reduce la búsqueda a Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda —enumeró— ¿Me dejo algo?

— Qué bien... —añadió Beatriz

— No os desanimeis, quizá podamos averiguar de dónde es por el acento —sugirió mirando a la interesada.

— No creo, sé inglés, pero no me creo capaz de distinguir acentos.

— Pues eres tu la única que sabe cómo lo dijo —recordó Paula a su amiga.

Beatriz volvió a sentirse frustrada y eso la ponía realmente furiosa. Para evitar cometer el mismo error que aquella vez se fue sin decir nada esperando que Paula entendiera la situación. De todas formas llamaría en cuanto volviera a la normalidad para disculparse. Su mejor forma de calmarse era situarse frente al espejo y hacer como si fuera una presentadora de televisión o llorar porque sí, o contar un monólogo improvisado. Para ella mirarse en el espejo era como ir a un spa, se relajaba cambiando de personalidad y de emociones. Era su vía de escape.

Mientras Beatriz intentaba distraerse durante el resto del día, Paula y David buscaron vídeos en inglés de diferentes países. Consideraron que Beatriz no querría verlos pero en caso de que si ya los tendrían preparados. Tras día con todos esos altibajos, Beatriz durmió profundamente para despertarse ya de muy buen humor. Como no quería ser inoportuna esperó una hora para llamar a Paula. Apenas tocó el móvil cuando éste comenzó a sonar. Era Paula.

— Tía, telepatía —soltó asombrada.

— ¿Eh?

— Nada que justo ahora iba a llamarte.

— ¿Puedes pasarte por casa ahora?

— Esto... Sí, claro —respondió.

— No tardes —pidió Paula antes de cortar la llamada.

En veinte minutos ya estaba en la casa de su amiga.

— Qué pronto —dijo sorprendida.

— Me has dicho que me diera prisa.

— Pasa —indicó amablemente.

— ¡Buenos días Bea!

— Buenas David —se giró hacia Paula— ¿Qué habéis descubierto?

— Nada, en realidad es otra cosa. Pero si no estás preparada...

— ¿Qué es?

— Vídeos para que identifiques el acento de bambi —dijo David, ya todos se referían al tipo misterioso como bambi.

— Bueno, los puedo ver pero no creo que...

— No digas más —la interrumpió David— si ya estamos todos cómodos podemos empezar.

Las chicas asintieron y David le dio al play. Beatriz escuchó cada uno de los vídeos con toda su atención. Así y todo, por más que se concentrara, no era capaz de relacionar ningún acento con el de bambi. Más que nada porque en los vídeos tenían acentos muy marcados, en cambio el acento de bambi era muy neutro. Eso sin mencionar que tan sólo recordaba una frase.

— Lo siento chicos, no se parece a ninguno de ellos —informó desanimada.

— No podía ser tan fácil —añadió Paula con humor.

— ¿Ni siquiera puedes descartar?

— Tal vez —contestó pensativa— Los que menos se parecían eran los de Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia y Escocia. Supongo.

— Eso es estupendo, ya sólo queda la mitad —exclamó David animado.

— Algo es algo —dijo Beatriz.

— Chicos, creo que es suficiente por hoy, ¿queréis ver la tele?

Hacía mucho que Beatriz no veía la tele por el tema de los estudios. Algo muy raro en ella. Como estaba de vacaciones aceptó la propuesta. En el sofá estaban los tres, viendo tranquilamente la tele, exactamente haciendo zapping. Como no encontraron nada interesante que ver David optó por poner una película.

— ¿Habéis visto "Esta no es otra estúpida película americana"?

Algo decía a Beatriz que sí.

— Me suena pero ponla.

Menudo comienzo... Y entonces se acordó, sí que la había visto. Poco rato después apareció un chico de negro cabello. Justo entonces la vista de Beatriz se nubló. Por más que intentara fijarse en su cara no podía Era unos sensación realmente rara, como si su subconsciente lo evitara.

— Chicos, no me encuentro bien.

— ¿Qué te pasa Bea? —preguntó Paula un tanto alarmada.

— Me estoy mareando —vio como la preocupación de sus amigos aumentó— Es que no he desayunado —se exculpó.

Típico en ella lo de saltarse el desayuno, últimamente se convirtió en una costumbre. Una nada saludable costumbre. Sin embargo, no era del todo cierto, era verdad que estaba en ayunas pero no por eso se había mareado. Paula se apresuró en preparar un desayuno para su amiga, ayudada por David. Beatriz desayunó y fingió estar mejor. Como no quería seguir viendo la película, cerró los ojos y durmió una pequeña siesta hasta que el largometraje acabó. Aunque, como solía sucederla, la profundidad del sueño únicamente la alcanzaba pensando en lo que no debe pensarse antes de dormir.

— Hace muy buen día como para seguir en casa y a tí te vendría bien que re diera el aire—insinuó David.

— ¿Te apetece salir Bea?

— Me apetece.

Así que los amigos salieron a dar una vuelta por la pequeña ciudad. Eso sí, por la sombra porque a esas horas el sol calentaba demasiado.

— Anda, mirad —exclamó David señalando un cartel.

— ¿Esa no es tu compañía de teatro?

— Sí, parece que va a haber un casting abierto la semana que viene.

— No sabía que actuarás.

— Y no lo hago —ante esas palabras Beatriz se sorprendió, con lo extrovertido que era David— es de mis tíos, llevan la compañía de teatro —prosiguió él.

— Ah pues te pega lo de actuar.

— Qué va, yo quiero ser contable —afirmó serio.

— No hagas caso a este mindundi —aconsejó Paula— Este futuro médico te está tomando el pelo.

— Olvidaba que estabas estudiando medicina, no te pega nada.

— Siempre quise ser doctor, curar a la gente me maravilla.

— Y por eso se ha ofrecido a ayudar —aclaró Paula.

— Ahora lo entiendo todo.

La risa del grupo dio por terminada esa conversación, sin embargo, Beatriz no dejó de pensar en el cartel.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora