Fiesta.

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En el momento en que los actores y Beatriz se vieron en persona por vez primera, podría decirse que todos, excepto Chris Evans, estaban alucinando. Ella por conocer a tantos actores juntos, a la vez, a los que nunca creería conocer ni en sueños y, además, grandes amigos de Chris. Y por otra parte ellos, que al fin conocieron en persona a la chica que le había robado el corazón a Evans. Es que resulta que aquella semana en la que él se fue a rodar, todos se dieron cuenta de lo enamorado que estaba nada más verle. Siempre sonriente, despistado, poniéndose rojo si preguntaban por ella o emocionandose cada vez que contaba las anécdotas y demás... Bueno, lo de sonriente y despistado se refiere a más aún de lo normal.

El caso es que fue una situación bastante surrealista y Chris fue el testigo de aquello. Ahora sus nervios comenzaron a invadirle, igual que a Beatriz, aunque también la tranquilidad se apoderó de ellos, pues estando juntos no tenían de qué preocuparse.

— ¡Sorpresa! Al final he venido —exclamó el recién llegado Mark Ruffalo, rompiendo el momento— ¿Qué me he perdido?

Todos le miraron, haciéndole sentir un poco intimidado al principio hasta que notificó la presencia de una desconocida que no lo era tanto.

— Tu debes ser Beatriz —la dijo extendiendo su mano para presentarse, siendo el primero en hacerlo— soy Mark, un placer.

— Se quién eres... —respondió ella apretando su mano un tanto tímida pero sonriendo.

Ese gesto dio paso a que los demas se presentaran también, cosa que hizo muy feliz a Chris. Inmediatamente después de las cordialidades Evans y Hemsworth se encargaron de pedir las bebidas y que así comenzara la marcha. Beatriz no era amiga de alcohol cosa de lo que Chris era consciente, sin embargo se decidió por tomar algo también.

— Chris, yo también quiero algo.

— ¿Qué te pido? —preguntó sorprendido.

— No lo sé, ¿algo que no sepa demasiado a alcohol?

— Piña colada —intervino Scarlett— pide otra para mi, Evans.

— Marchando dos piñas coladas, por mí —bromeó guiñándoles un ojo, tras lo que se fue riéndose el solo.

— No se qué le has hecho, pero está más tonto que antes —consiguió decir Scarlett entre risas al pillar la broma.

Beatriz, sin poder hablar debido a las carcajadas que no podía contener, simplemente se encogió de hombros. Sirvieron las bebidas y brindaron por la película y por la nueva pareja. En seguida se llevaron todos muy bien, era gente muy agradable y simpática, excepto Jeremy. Se sentía receloso con Beatriz y ella podía notar sus miradas de desconfianza. Jeremy estaba preocupado por Evans, no quería que le sucediera con Beatriz lo mismo que le pasó a él con su ex. Ella conocía esa historia, recordaba a Paula muy indignada contándole que aquella mujer sólo estaba interesado en el dinero de Renner, por eso estaba segura de que el comportamiento de Jeremy tenía que ver con dicho suceso.

El tiempo seguía transcurriendo y los efectos del alcohol se evidenciaban a cada trago, y para Beatriz también aumentaba la incomodidad y el agobio. Aquella era una de esas situaciones nuevas e irreales que tan malestar la provocaban, odiaba sentirse así y más esa noche por temor a fastidiarles a todos la juerga, sobretodo a Chris. Así que sin avisar y procurando pasar desapercibida, algo que sabía hacer bien, desapareció para tomar el aire. Al menos intentó salir de allí pero cuando casi estaba fuera sintió como una fuerte mano agarraba su brazo con media fuerza. El mareo la impidió ver al dueño de aquella mano porque su mente se dispersó y perdió el conocimiento. Poco a poco recuperó la consciencia, se sintió envuelta por el retumbar de las notas más graves de la música y por un voz masculina repitiendo su nombre. Cuando abrió les ojos vio un rostro conocido. Se trataba de Mark.

— Bienvenida de nuevo —sonrió amable.

— ¿Qué ha pasado? —preguntó Beatriz aturdida.

— Me escabullí de estos para tomar el aire, te vi y luego te desmayaste pero pude cogerte a tiempo para que no cayeras al suelo y luego te traje a esta sala. No quería preocupar a Evans, así que volvamos antes de que se de cuenta.

— Oh.

Con ayuda de Mark consiguió reincorporarse y ponerse en pie. Un minuto después regresaron a su zona vip. Beatriz buscó a su novio con la mirada ya preocupada puesto que no estaba sentado, ni siquiera se fijó en los demás. Jeremy tampoco estaba allí y el resto no percataron su presencia. Su instinto la hizo girarse, entonces fue cuando se topó con Chris y no parecía muy contento. A su lado también apareció Jeremy sin embargo ella sólo dirigió su atención a Chris.

— ¿Se puede saber dónde estabas? Por un momento creí que... Joder —farfulló.

— Lo siento... Yo sólo quería tomar el aire y... —su voz se entrecortó, unas irracionales ganas de llorar ordenaron a sus ojos llenarse de lágrimas.

— Se desmayó —continuó Mark— he estado con ella todo el tiempo.

Chris relajó la tensión que sufrían sus músculos para dar lugar a un sentimiento de culpabilidad, por no haber estado con ella en un momento así después de la otra vez y sin disponer de las pastillas en ese momento.

— Si solo querías tomar el aire, ¿por qué no avistaste? —insistió Jeremy.

— Para no ser una molestia —respondió con sinceridad.

Renner no parecía convencido sin embargo el tema se dio por zanjado y para evitar que Beatriz fuera a peor Evans decidió volver con ella a casa. Ya tuvieran suficiente fiesta y preferís hablar en privado con su novia así que se despidieron de todos y regresaron a casa. Una vez allí Chris se encargó de servir algo de comer para que tomara junto a la pastilla de hierro.

— Chris... Estoy bien, no necesito tomar nada —aseguró.

— Por favor —ordenó.

Aceptó sin rechistar ya que de esa forma tranquilizaría a Chris. Cuando terminó sabía que lo próximo era la charla.

— Lo siento mucho, Chris, no estuvo bien irme sin más, sé que has podido pensar —dijo mirando sus preciosos e intranquilos ojos azules.

— Siempre haces la misma mierda, te vas sin avisar —dijo conteniendo una rabieta— y no lo entiendo, joder.

— ¡No lo hago a propósito! Y no me vengas con eso porque el problema aquí es que Jeremy te ha comido la cabeza... —soltó de un seguido arrepentimiento.

— Jeremy no tiene nada que ver en esto —aseguró.

— Sí que tiene, y mucho. Tu no sabes lo que sentía cada vez que notaba cómo me miraba Jeremy, haciéndome sentir culpable de algo que jamás haría. Sé lo que le pasó y se que cree que voy a hacerte lo mismo a ti... —empezó a temblar y sus ojos a llenarse de lágrimas—. Pero no es así, jamás podría hacerlo porque-  —se interrumpió evitando así llorar.

La ansiedad que estaba sufriendo en ese momento era demasiado dolorosa como para seguir hablando, el miedo a cagarla y hacer daño a su novio era el peor tormento de todos. Chris se sintió fatal por ver así a Beatriz, la quería mucho y después de todo lo que habían hablado supo que estaba muy equivocado al dejarse llevar por las sospechas de Renner. Ella había confiado en él, ahora era su turno. Así que la abrazó, como si se tratara de un valioso y frágil tesoro, ahora sólo quería tranquilizarla.

— Tranquila pequeña, se que no eres así, lo sé...

En ese momento Beatriz liberó su llanto, desahogandose. Se sentía protegida por los brazos de Chris y escuchar el latido de su corazón fue el mejor calmante. La sensación de confort era muy agradable, más aún al estar acompañada de ese sentimiento que tanto duele y que más vivo te hace sentir. Ella alzó la vista, con los ojos rojos e hinchados por llorar y las mejillas húmedas. Sonrió al encontrarse con la mirada enternecida de Chris, quién acaricio sus mejillas secando sus lágrimas. Un dulce beso fue el bálsamo que curó aquel dolor por completo.

— Chris, te...

— Yo también te quiero.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora