Visitas

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— ¡Yo sé quién es! ¡Es el capitán América! —exclamó Martha.

— Ah sí yo también sé —confirmó Jimmy, Alice y Clara asistieron también.

— Así que sabéis quién es, ¿eh?

— ¿Entonces el es tu novio? —inquirió Alice.

Beatriz necesito un minuto hasta cesar las carcajadas.

— Ojalá... Pero él es famoso, como si fuera a fijarse en mi, eso sin contar que no le he visto nunca en persona.

Habrían tenido para largo con ese tema de no ser porque se acabo la hora de las visitas. Beatriz se despidió de sus hermanos y se fue acompañada con Amanda. Tomaron un pequeño almuerzo y hablaron sobre temas variados, la adaptación de Beatriz a la cuidad, los avances de Alice y temas sin importancia. La madre de la pequeña era una mujer realmente fuerte, soportar toda esa situación y ser capaz de seguir adelante, era digno de su admiración.

En cuanto acabaron cada una se fue a su casa. Beatriz hizo la rutina de todos los días desde que llegó. Ducharse, ponerse el pijama, comer un tazón de leche con cereales y dormir. Esa noche antes de dormir recordó a Chris, él era la razón por la que fue a Boston. Había sido muy ingenua al pensar que sería fácil encontrarle, no sólo porque seguramente viajaría mucho si no que él no vivía allí. Además no tendría tanta suerte de encontrarse con él y mucho menos de tener una relación tanto amistosa como amorosa. De todas formas ahora tenía a sus hermanitos, Chris había pasado a un segundo plano. Poco después cerró los párpados y durmió. Antes de levantarse remoloneó unos minutos en la cama, desayunó, se acicaló y salió a comprar. Como el día anterior nadie la hizo preguntas cuya respuesta desconociera, aprovechó ese tiempo a hacer recados. Tuvo todo listo a la hora de comer, después descansó un rato y volvió al hospital. Todo fue como siempre, pronto se hizo la hora de volver. Se encontró con Amanda en el ascensor.

— Porras —maldijo.

— ¿Qué pasa?

— Me he dejado el bolso arriba.

— Te acompaño, no te preocupes —acertó a decir antes de que se habrieran las puertas del ascensor.

Habían llegado a la planta baja y más gente estaba esperando a subir. Tan solo cupieron tres más. Beatriz pensó en sus hermanos y en el disgusto de Amanda, claramente por su hija más que por el bolso.

— Es injusto que pase esto, se me rompe el alma saber lo que les pasa a los niños... Pero tenemos que ser fuentes por ellos —comentó Beatriz

Beatriz intentó calmar a Amanda para que no se derrumbara. Tenía pintar de que no había recibido muy buenas noticias de los médicos. Salieron todos del ascensor y las dos fueron a por el bolso. Volvieron al ascensor y bajaron. En el momento en el que las puertas se abrieron en la planta baja una revuelto grupo de personas se abalanzaron al ascensor. Un extraño suceso según Beatriz, le restó importancia. Ese día fue directamente a casa, sabía que Amanda necesitaba relajarse. A decir verdad Beatriz estaba muy agotada así que se echó la siesta. Iba a necesitar todas su fuerzas muy pronto.

Chris Evans regresó a Boston, lo necesitaba y mucho. Familia y descanso, no podía pedir más. Un día se levantó y decidió hacer un acto solidario, efectos de tener un gran corazón entre otras cosas. De esa forma decidió ir a dar una sorpresa a un gran fan suyo. Prácticamente nada más entrar en el hospital la mayoría de los presentes reconocieron al actor. Por eso se apresuró a subir en el ascensor que casualmente se dirigía a la planta en la que él se encontraba. Se abrieron las puertas y entró. Entonces escuchó algo que le llegó a lo más profundo de su ser. "Es injusto que pase esto, se me rompe el alma saber lo que les pasa a los niños... Pero tenemos que ser fuentes por ellos". Cuánta razón tenía aquella joven. Sintió cierta familiaridad sin embargo ese sentimiento se esfumó en cuanto las puertas del elevador volvieron a separarse.

Los pequeños le hicieron volver a sentirse como un crío de nuevo. Aquella fue una gran experiencia, los niños eran maravillosos. Su instinto paternal se activó más gracias a esa visita. Una de las cosas que se instalaron en su mente, fue la insistencia de un grupo que le informó de que tenía una gran admiradora allí. No comprendió muy bien qué intentaban decir de segundas, ¿por que no se referían exactamente a una fan suya? Decidió no darle importancia y pronto lo olvidó, o eso se pensaba. A decir verdad sabía perfectamente que lo que le estaba ocurriendo no era otra cosa que su necesidad de formar una familia. Ese día evidentemente le había provocado obsesionarse con el tema más de lo normal.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora