Chris, soltero.

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No podía dejar de pensar en Beatriz, hacia mucho que no la veía, no sabía nada de ella excepto que se había marchado, al menos eso fue lo que le dijeron los niños del hospital. A penas pudo investigar donde estaría ella porque tenía muchos compromisos, la mayoría presentar premios en diferentes galas. Aquel día era San Valentín, había preparado un día especial para estar con Beatriz.

— Maldita sea, la he perdido por tonto... —se dijo así mismo.

Entonces recordó todas las entrevistas en las que le preguntaban por su chica ideal, él describía siempre la misma chica, la chica perfecta para él. Desde aquel sueño se obsesionó en encontrarla y cuando por fin lo logró la dejó escapar.

— Soy gilipollas, ¿por qué no fuiste sólo un sueño? ¿Por qué he tenido que conocerte y perderte?

En ese momento revivió el sueño, a ella vestida de novia, preciosa, y luego... Con lo que pasó antes de despertar cualquier persona normal lo definiría como pesadilla, no como un sueño. A partir de entonces, hará ya cuatro años más o menos, cambió radicalmente, maduró, sus propósitos eran ser un buen hombre no un joven con ganas de fiesta (alcohol, música, diversión para adultos). No, todo eso había terminado. Sin embargo de poco le había servido, así y todo rendirse no entraba en sus planes.

— Beatriz, ¿qué me has hecho? 

En fin, llegaron los Oscars, entregó el premio y cómo no un montón de chicas, y algún chico, se le insinuaron en la fiesta de después. Justamente por eso agradeció la compañía de Scott, su hermano.

— Hermano, pareces un muerto, estamos en una fiesta tendrías que estar disfrutando.

— No tengo ganas...

— Pues disimula o van a intentar animarte —le guiñó un ojo— ya sabes.

Chris asintió y empezó a actuar, como si se lo estuviera pasando chachi.

— Ya se lo que te pasa —exclamó— es esa chica, tienes una obsesión grave.

— Vamos Scott tu la viste, era justo como la describí.

— Sólo fue casualidad.

— No creo en las casualidades, debo encontrarla, lo presiento. Se que crees que estoy loco por creer que el universo me habla, etc.

— Tu siempre has estado un poco loco así que...

— No puedo contigo.

— Y que tú seas mi hermano mayor —insinuó Scott.

Chris fue el primero en reírse luego le siguió Scott.

— Ya me has hecho reír, ¿contento?

— Un poco, anda preséntame a alguien interesante.

  Navidad, tiempo de volver a casa, y tiempo de hacer una visita a John.

— ¡John amigo! ¿Qué te cuentas?  —preguntó Chris y el otro le dio un abrazo de tío.

— Cuánto tiempo Chris —dijo muy sonriente.

— Te veo feliz. ¿Es por alguna chica?

John asintió efusivamente.

— ¡Voy a pedirla que se case conmigo! —exclamó.

— Wow me alegro por ti John —otro que se casa (pensó un poco triste)— ¿Quién es la afortunada?

— Creo que la conoces, se llama Amanda.

Chris empalideció sin oportunidad de disimularlo.

— Parece que has visto un fantasma.

— ¿Amanda es aquella amiga de la chica que trabajaba para ti? Esa tal... —prefirió hacer como que no recordaba su nombre.

— Creo que te refieres a Beatriz.

— Sí, esa —afirmó con la cara iluminada— creo... Bueno ya vendré otro día, suerte con Amanda.

— Seguro que Amanda sabe dónde está —pensó esperanzado. Parecía que el universo estaba de su lado.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora