Por los pelos

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Hora de comer y el timbre sonó, era Amanda. Era una visita agradable, sin embargo lo felicidad no rondaba en ella.

— Amanda, pasa. ¿Qué es lo que-? —comenzó a preguntar hasta ser interrumpida.

— Es mi marido, exmarido —se corrigió— me llamó ayer diciendo que vendría a ver a Alice. Menudo cabrón, ahora que Chris Evans fue a visitarla él no quiere ser menos... Y me lo dice después de llamar para decir que no podía venir hasta no sé cuándo....

— Espera, Amanda cómo que... — se cortó, no era buena idea interrogar sobre Chris aunque moría por hacerlo— ¿tu exmarido va a venir? ¿Cuándo?

— No lo sé, colgué antes de que me lo dijera. Estoy furiosa con él, en cuanto la niña enfermó desapareció y viene ahora después de abandonarnos, abandonar a su propia hija.

— Menudo mamón parece... ¿Puedo ayudarte de alguna forma Amanda? Lo que sea

Amanda miró dubitativa a Beatriz, qué podía hacer aquella muchacha, ya había hecho más que nadie por ella y sobretodo por Alice.

— Nada, sólo no dejes que Alice pierda su sonrisa por favor —dicho esto se fue corriendo y Beatriz se quedó pasmada.

Alice era lo primero para Beatriz, por eso no iba a dejar que la pequeña estuviera triste mientras ella pudiera evitarlo. No tenía muy claro cómo afectaría el padre a la situación y eso la incomodaba bastante, supuso que Amanda la daría alguna explicación más al respecto. Apartando eso de su mente surgió otra cuestión. ¿Cómo que Chris Evans estuvo ayer en el hospital y no se enteró? La suya si que era mala suerte, estar tan cerca de él sin saberlo. Soltar unas cuantas maldiciones la calmó. Pensando un poco ya más tranquila dedujo algo que provocó más blasfemias. Entendió por qué tanto revuelo al salir del ascensor y por qué a los que habían subido con ella no les habían parado.

Estuvo en el ascensor con Chris Evans, en el mismo ascensor, al mismo tiempo con el hombre de sus sueños, y ella ignoró por completo que estaba en el mismo elevador con él. Como para no enloquecer. Pronto iría al hospital así que se tranquilizó lo más que pudo. Al final no sucedió nada fuera de lo común, lo pasó muy bien con sus hermanitos y también estuvo atenta a cualquier irregularidad pero nada. En realidad algo raro si que pasó, Amanda no apareció. Luego de llegar a casa Amanda llamó a Beatriz.

— Hola, ¿qué tal Alice?

— Tan contenta como siempre, ¿sabes algo de...

— Sí, por eso llamaba. El muy cobarde no va a venir, ya lo sabía yo...

Quería preguntarla la razón pero obviamente lo mejor era dejarlo como estaba.

— Así ya no hay de qué preocuparse.

— Sí, perdona la molestia, es que me pone histérica ese asqueroso —aclaró.

— No ha sido nada ya sabes que aquí me tienes. Por cierto, tenía pensado ir hoy de compras y creo que te vendrá bien salir un rato. ¿Te acercas aquí en una hora?

— Sí que me vendrá bien despejarme, está bien te veo en una hora.

Fueron caminando por las calles comerciales, mirando escaparates pero sin entrar, no había nada llamativo y en realidad no quería comprar si no distraer a Amanda. Cansadas de tanto paseo se sentaron en una chocolatería y pidieron lo propio.

— Así que Chris Evans fue al hospital... —soltó.

— Sí, no lo sabías o qué —Amanda se rió, ante la cara de no tener ni idea de su amiga— no cruzamos con él. Es un chico muy majo la verdad...

— Lo dices como si le conocieras.

— Eso es porque le conozco un poco.

— ¿Cómo es que me entero ahora? —exclamó sorprendida.

— Su padre fue mi jefe un verano, necesitaba dinero y hacia de todo. Desde lavar cabezas hasta ser ayudante recepcionista pasando por camarera, etc. Tu lo sabrás bien.

— Claro. Vaya no me creo que le hayas conocido.

— Sólo le ví un par de veces cuando le hacían revisión o lo que fuera no lo recuerdo.

Beatriz se rió ante la idea de ver a Chris de pequeño en el dentista.

— Lo que sí te digo es que ha ganado mucho desde entonces —afirmó guiñando un ojo a Beatriz.

Acabaron el chocolate y salieron a la calle con la mala suerte de estamparse con alguien. Para ser más exactos se chocó Beatriz. Justo ahí tuvieron los dos un dejavu. Sus ojos se cruzaron y una chispa saltó entre los dos, Amanda fue testigo de aquel bonito momento. Chris y Beatriz al fin se habían encontrado, y de una forma muy familiar.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora