Predecible.

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Su corazón se aceleró al creer que era Chris quien había tocado el timbre, por ello, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, se levantó directa a abrir la puerta. Sin embargo se detuvo en seco, porque a su mente le vino la idea de que tal vez resultara no ser él y en ese caso quizás fuera mejor no abrir. Se quedó quieta y sin hacer ruido pensando en qué hacer hasta que llamaron otra vez y no fue hasta que escuchó una voz conocida cuando, alegre y extrañada, llegó hasta la puerta. Además sólo había una persona en el mundo que tocara el timbre con tanto talento.

- ¡Mamá!

Beatriz se lanzó a abrazar a su madre, a quien no veía desde que viajó a Irlanda y acababa de darse cuenta de cuánto la añoraba, tanto que la resultó inevitable que algunas lágrimas de felicidad escaparan de sus ojos.

- Mi niña... Te quiero cariño... Pero déjame respirar...

- Lo siento mamá -se disculpó liberándola de su abrazo.

- No me vuelvas a hacer esto de escaparte así sin avisar -pidió observando a su única hija, a la que tan diferente veía en tan sólo poco más de una semana, diferente pero mucho más feliz.

- Es que... Tenía que venir, mamá.

- Oh cariño, ahora lo sé -la sonrió- pero quítate ya esa manía tuya de irte sin avisar porque desde aquello tengo mucho miedo, por ti.

- Lo sé mamá, lo siento. Supongo que llamarte habría sido una buena idea pero por favor no pienses más en aquello, no volverá a pasar.

- Ay qué angustia -suspiró.

- Bueno cambiemos de tema, ¿quién te manda venir aquí con lo caro que es? O sea, llevo estresada toda la semana por encontrar la forma de pagar todo y vienes gastando dinero que no tenemos...

- Tenía que verte ya y me lo pagó Chrisi... -fue interrumpida.

- ¿Cómo? Ay madre, ya te digo yo voy a deber más a Chris que Grecia a Europa... Y se dice Chris no Chrisi, mamá. No tenias que haberle hecho caso -dijo disgustada.

- Mira cariño él tiene dinero y nosotras no y prefiere tenerte aquí que ir cada dos por tres a verte.

- ¿Eso te lo ha dicho Chris?

- Beatriz, desde pequeña te he educado para que no pienses en el dinero y si él cree que es mejor que te quedes aquí aunque tenga que mantenerte un tiempo, déjale. Cuando llegue el momento ya harás lo que tengas que hacer y ahora olvida el dinero de las narices...

Su madre la abrazó con ternura y Beatriz se calmó.

- Te quiero mami.

- Mi niña, te quiero. Y ahora cuéntamelo todo -dijo divertida.

- ¡Mamá, no me mires así!

- Yo también he sido joven cariño... Y soy tu madre, a mi me lo puedes contar todo.

- Pues... Es lo mejor que me ha pasado en todo mi vida, Chris es un poco gamberro a veces pero es un cacho de pan y me trata como a una reina. Espero que esto dure porque quiera conocerle más y me cuesta imaginar no estar sin él.

- ¿Todo eso en una semana?

- No... Bueno sí pero ya habíamos hablado antes y no sé, todo es muy precipitado pero no lo siento así. No sé explicarme...

- Ay mi pequeña que está enamorada -sonrió su madre emocionada- ya no eres ninguna niña.

- Mamá... Creo que le quiero, pero es muy pronto para saber algo así, ¿no?

- Eso depende de si estás segura o sólo lo crees, cariño. En el amor nunca se sabe.

- Estoy segura pero si él no me quiere... -la tristeza la invadió por pensar tal cosa- ¿por qué ha tendido que irse?

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora