Detallitos

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— ¿Dónde me llevas? —preguntó de nuevo.

— Pregunta las veces que quieras, no contestaré.

— Me caes mal... —se quejó en broma.

— Sé que no lo sientes.

— Cómprate un bosque y piérdete.

— Aún no he encontrado uno que me guste —contestó burlón.

Después de un viaje en coche hasta las afueras de la cuidad, al fin Chris aparcó, frente a una casa que bien podría ser una mansión. Beatriz se quedó asombrada y se dejó guiar por Chris hasta el interior de la construcción.

— ¿Dónde estamos?

— Es irrelevante.

— ¡Chris!

— Vamos fuera, aún no lo has visto todo —dijo ignorándola.

Muerta de curiosidad acompañó a Chris al jardín trasero, cualquiera diría que era más grande que la propia casa, y disponía de una piscina enorme, un jacuzzi, incluso una zona con arboleda.
Pero lo que más llamó su atención fue la mesa decorada como sólo se ve en las películas; flores, velas, vajilla y cubertería impecable, y frutas del bosque como centro de mesa.

— Chris... ¿Qué es esto? —preguntó con la voz temblorosa.

— Un pequeño detalle, es la hora de comer y quería preparar un día especial para que no te olvides de mi.

— Esto es mucho Chris. Te portas demasiado bien conmigo, no quiero que te gastes más dinero en mi, apenas nos conocemos...

— Pues así nos conocemos más.

— ¿Como puedo agradecerte todo lo que has hecho por mi?

— Un simple "gracias" me basta.

— Gracias —suspiró.

Comieron apaciblemente, acompañados por el sonido de las hojas movidas por el viento, sus voces y sus carcajadas. Todo era perfecto, absolutamente, a excepción de una vocecilla que incomodaba a Beatriz aunque esta la hizo caso omiso.
Cuando acabaron la comida una canción abarcó esa zona del jardín en que se encontraban. La vie en rose.

— ¿Y esto?

— Deja de preguntar y diviértete.

Entonces Chris tomó a Beatriz de la mano y comenzaron a bailar como ya hicieron días atrás, en el banquete de la boda de John y Amanda, reviviendo el momento. En instantes así es cuando la magia existe.

— ¿Con cuantas has hecho esto ya?

— Sólo contigo.

— No soy una ingenua.

— Es verdad, sólo contigo.

— Prefiero que no me mientas.

— Las demás ahora dan igual porque son pasado, y sigues siendo la única con la que he venido hasta aquí.

— ¿Sabes qué? —una sonrisa malvada lado delató— Mic Mic.

La chica salió corriendo por el jardín y Chris no se quedó atrás. Pese a que Beatriz corría bastante rápido, Chris la superaba casi sin esfuerzo, por eso hizo uso del plan B: distraer a Chris.
Él se quedó paralizado mientras veía cómo Beatriz se quitaba los pantalones y seguidamente la camiseta que tiró a la cabeza de Chris.

— ¡Al agua pato! —gritó mientras se dirigía rápidamente a la piscina y desnudándose, aprovechando que Chris tenía su camiseta aún en la cara.

Un Sueño Vivido. II © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora