[OS Volkacio] Mi corazón

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¡OS Cambiado! Recomiendo que lo vuelvan a leer ♥




Los disparos resonaban por todas partes, los policías intentaban resguardarse detrás de las patrullas mientras que el agente del FBI buscaba al francotirador apuntando a los techos, las balas no cesaban en ningún momento y abrumaba a todos los oficiales presentes. A unos pasos estaban los comisarios y jefe de la LSPD, Volkov y Kovac, organizando malla lo más que podían, separándose cada oportunidad que tenía y moverse estratégicamente.

Los disparos habían abatido a dos de los suyos, sin embargo, la ambulancia no podía acercarse ante la interminable lluvia de balas. Volkov bufó con rabia, sacándose el chaleco antibalas para dárselo a un cadete, alzándose de su escondite, corriendo a un lado de un blindado y chocando con el agente Horacio, asustándolo y distrayéndolo. Ambos se disculparon con un breve gesto, volviendo a posicionarse.

—¿Y tu chaleco? -susurró el agente, deslizando su mirada al ruso.

—No importa, no me pasará nada. Cúbrame las espaldas.

—10-4.

Su relación había mejorado notablemente luego de conversar un día acerca de todo lo que pasó en el pasado, estabilizando de cierta forma al agente del FBI al sentir un peso menos en sus hombros tras desahogarse y planteando un nuevo objetivo entre ambos: cuidarse las espaldas en todo momento. Lo hicieron entre bromas, pero mientras más días pasaban juntos, códigos que hacían y persecuciones en conjunto, eso se fortalecía hasta repetírselo en todo momento.

No era novedad que cada encuentro con cruce de balas deseaban regresar sanos a sus trabajos y festejarlo. Sin dejar de repetirse que se cuidaran mutuamente.

Y la malla lo sabía, ambos eran letales y los mejores cuando trabajaban en dúo, como ahora al mantenerse unidos, topando con sus espaldas y vigilando a todas partes. —¿Lo tienes? –susurró el jefe de la LSPD, el encapuchado negó con la cabeza, manteniendo su cabeza fría y la mirada puesta en todos los tejados y edificios alrededor.

Los disparos cesaron de golpe, la policía aprovechó ese momento para entrar y Volkov se separó, yendo hacia la entrada de la joyería para abatir a los atracadores y terminar esta jornada de una vez por todas. Pero un disparo resonó cerca de él, abatiendo al comisario Kovac y al oficial Willy detrás de él. Horacio giró a observar lo que pasó, enfundando su cañón junto a otro oficial para buscarlo y Volkov intentó resguardarse, sin conseguirlo.

Dos disparos más se escucharon detrás de Horacio.

Él giró para ver quién más resultó herido, pero solo notó la espalda del comisario quieto, comenzando a girar su rostro en su búsqueda, pero cayó de rodillas al suelo antes de cruzar mirada y notar el charco de sangre que empezaba a crearse a su alrededor y manchar su camisa beige en su pecho a causa de los dos disparos que recibió. El mundo se detuvo para él, reviviendo el pasado frente a sus ojos una vez más.

El arma cayó al piso, llamando la atención del oficial, pero siendo suficiente para revelar la ubicación del otro sujeto que faltaba. Horacio ignoró los gritos del subordinado y corrió a atender al comisario, sin saber cómo detener el sangrado y sus manos empezaron a temblar. Se arrodilló de inmediato, intentando llamar su atención. —Volkov, ¡Volkov! ¡Reacciona joder! –bramó con fuerza, tocando su cabeza y viendo sus ojos cerrados, presionó las heridas. —¡No, Volkov, vamos!

—¡Agente cuidado!

Dos disparos más resonaron alrededor, oscureciendo todo a su paso y el dolor recorrió su cuerpo antes de dejar de sentir su cuerpo, quedando inconsciente.

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