[OS Volkacio] Estrellas.

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Referencia: Epílogo del libro Boulevard de Flor Salvador.

Lamento a quienes no han leído el libro, encontrarán spoiler del final, así que si eres unx de los que aun no lo lee y lo tiene pendiente.


HUYE, SAL, SOBREVIVE.

Nah, primero léete el original, este es como una especie de referencia al epílogo. Aunque bueno, podrán entender porque no se relacionada casi nada.






El destino existía, quizás no de la forma que ellos esperaron, pero se cumplió en ambos de una manera espontánea, única e indescriptible para hablarlo. Solo los dos podían ser capaces de comprender su tanto corto y profundo amor. Un amor que no necesitaba de explicaciones, un amor que se formó con el tiempo y paciencia, que tuvo sus caídas, promesas, sueños inconclusos y un futuro vacío...

Un amor que pudo ser, pero no se realizó.


"¿Alguna vez se ha preguntado de dónde nacen las estrellas? Si, seguramente en el sentido astrológico tiene una base científica, pero para mí, las estrellas nacen de aquellos sueños que jamás se cumplieron, brillando en lo alto del firmamento como aquello que no pudo hacerse, convirtiéndose en algo más bello que simples palabras al viento".


Quizás Horacio ahora entendía mejor cuando aquella noche donde se despidió de él, al mirar a un cielo oscuro distinguió más estrellas de lo normal en Los Santos, creando un remolino de sentimientos tristes al recordar sus palabras y aquellos sueños que tenían.

Al final, se convirtieron en algo más hermoso y tenía razón.

Volkov fue un descubrimiento tan explosivo. Juró que su corazón no resistiría por la forma de ser del comisario, incluso, pensó en renunciar a sus sentimientos sin ni siquiera intentarlo, pero ese empujón a hacerlo, condenó un después que nunca deseó. ¿Qué sería de él si no hubiese dijo "me gustas, ¿te gusto?"? ¿En el futuro habría tenido alguna oportunidad?

Aun así, pese a que el pasado fue devastador, ya nada importaba si no estaba a su lado.

Volkov fue tanto y dejó tan poco.

Fue injusto que el destino supiera que aquella mañana compartiendo un desayuno juntos, risas juguetonas, un último beso antes de partir a sus trabajos, fuera el último recuerdo que quedara en él. 

Volkov no se despidió como deseó, sin decir su último te amo a su alma gemela, a su primer y único amor. Horacio tampoco tuvo la oportunidad de mirarlo una vez más, solo la noticia de su fallecimiento fue lo justo para comprender que ya no estaba aquí, finalmente decidió descansar y sin un adiós merecido. Horacio lloró frente a la lápida de él, el vacío en su pecho cada día era más grande, ¿cómo volver a brillar luego de que te arrancaran una parte de tu corazón? 

—¿Recuerdas el vodka que no tomamos? -inquirió, sonriendo a medias. —Ya han pasado ocho meses, Volkov. Ocho meses desde que te fuiste, Kovacs sigue triste por tu partida, no trabaja igual que antes y sigue diciendo que volverás pronto de vacaciones a regañarlo, yo sigo aquí, intentando avanzar como siempre, pero no puedo. No puedo. No puedo cumplir tu promesa de seguir brillando.


"—Horacio. -susurró en la intimidad de su hogar, obteniendo su atención y cautivarse con sus bicolores ojos. —¿Puede prometerme algo?

—¿Qué cosa?

—Que siempre brillará, no importa la situación, quiero que no deje de ser usted. -imploró.

Horacio rió, extrañado por sus palabras, aun así no lo juzgó y un beso en su mejilla fue su respuesta. 

Lo haré".


Miró al césped, colocando la palma de su mano sobre él, intentando alcanzarlo. Era imposible, ya no estaba.

—Sonará egoísta lo que voy a decir, pero hubiese deseado ser yo quien esté bajo tres metros y no tú. No me dolería, ¿sabes? Porque sí, Volkov, no hay noche donde no te recuerde, donde incluso aun pronuncio tu típico privet, tus frases, veo tu reflejo detrás de mí en el espejo y siento que me abrazas, que me susurras diciendo que vayamos a la cama, que me digas que soy bonito, que me ames a tu manera...

Volvió a alzar la vista, leyendo en silencio lo inscrito en la lápida. —Y guardo un vodka en mi casa, ¿puedes creerlo? Estaba preparado, pero no tengo con quién tomarlo. Te esperaba... ¿te sigo esperando?

Horacio volteó a observar por encima de su hombro izquierdo a Collins esperarlo sentado sobre el capó del coche, mirando a su alrededor como de costumbre. Una sonrisa apareció en el rostro del agente, retomándolo hacia Volkov. —He encontrado buenos compañeros y amigos, ¿sabes? Al final, no estoy tan solo... Pero no es lo mismo sin ti. 

Su celular vibró, en un mensaje del Estado. Limpió sus lágrimas antes de leer y suspiró, su traslado a otra ciudad fue un éxito, iba a dejar Los Santos para trabajar en California, una ciudad calmada y con lo necesario para sanar su roto corazón herido. No solo evitaría recuerdos, abandonaría a sus amigos, dejaría sus sueños atrás y más estrellas en el firmamento. 

Dejaría atrás el lugar donde comenzó, en aquella comisaría que aguardaba tantas cosas, una parte de ellos se grabó en sus paredes. Sus errores, sus miradas, sus regaños... Sus sentimientos.

Dejaba atrás al Horacio Pérez del CNP y al primer comisario Víktor Volkov. Dejaba atrás a dos almas enamoradas con promesas inconclusas.

Se levantó, sonriendo con tristeza y un suspiro salió de sus labios. —Me tengo que ir, tengo papeles que firmar.

En su mente se reflejó su mirada azul grisácea llena de orgullo, notando que seguía avanzando sin él, creyó reflejar una diminuta sonrisa en su rostro y un apretón de hombros, incentivándolo a continuar. Todo se esfumó con el viento. Respiró profundamente, dando pasos hacia atrás. —Prometo venir a visitarte, no te olvidaré nunca.

Tras girar, notó que un grupo de motociclista pasó cerca del coche estacionado, gritando en algo barbaridades contra Collins y riéndose, enfureciéndolo. Horacio negó con la cabeza, caminando y saliendo del cementerio. —Capullos de mierda, no entiendo el chiste.

—Déjalos, no tienen importancia.

Collins asintió, subiendo al asiento piloto para encender el coche, sin embargo, Horacio se quedó de pie, pensando en lo que diría Volkov en estos momentos.

Sonrió, notando el cielo despejarse lentamente.

—Nos volveremos a ver, comisario bombón.



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