La reunión entre las tres facciones de Los Santos dio su fin con el discurso del director del FBI Horacio Pérez, quién no tardó en ser aplaudido por todos los presentes, en especial del nuevo oficial de cambio y capitán del LSPD Chris Collins, y el recién llegado de vacaciones, el sheriff Kevin Ford, alardeándolo entre risas.Pero no esperaba que alguien más los estuviera observando con atención al otro lado de la sala, con una pequeña molestia, apretando con más fuerza su vaso de cartón con café, llamando la atención de varios al ver cómo el líquido caía de sus manos.
—Eh, comisario...
—Usted guarde silencio. -advirtió el ruso, sin dejar de prestar atención.
—¡H, que picarón, eh! -la voz del rubio se alzó, haciendo reír a carcajeadas al director, intentando recuperar la respiración. Ford a su lado negaba con la cabeza, riendo igual.
—Pero vamos a ver H, ¿cómo pudiste hacer eso? Te hubieran comido el culo si te atrapaban. -dijo Ford. A lo lejos el comisario no entendía de qué hablaban, sin embargo, sentía que era todo menos trabajo.
—¡Yo que iba a saber que estaba infiltrado en un bar de esos! Sudé frío, solo quería ver si vendían wiwa como el chino. -se defendió.
Volkov no soportó la atención que le daban, incluso haciendo sonreír al de cresta, intentando calmarse y beber el café con calma, girando hacia Kovacs que terminaba de designar a los cadetes.
Su mente continuaba dándole vueltas al asunto, aún más cuando fue hasta su oficina e intentó distraerse revisando informes, incapaz de seguir y tomó un respiro, girando la silla dando la espalda, cerrar sus ojos por unos minutos para borrar lo que vio hace un tiempo.
"Vale, Horacio desde siempre se ha llevado con ambos, ¿cuál es el problema contigo, Volkov?"
La puerta de su despacho fue abierta, abrumándose. —Ahora no puedo atenderlo, regrese en media hora. -avisó, sin girar ni abrir los ojos.
Los pasos no se detuvieron, aunque escuchó la puerta cerrarse y dedujo que se fue, continuando con su descanso cuando un pequeño soplido en su oreja lo hizo exaltarse, seguido de la voz del agente del FBI.
—¿Estás bien? -susurró, haciendo que el ruso girara brusco, resbalando más la silla donde Horacio también estaba apoyado, cayendo encima sin querer. —¡Auch! ¡Dolió!
—¡Joder Horacio, qué susto! -el mencionado rió risueño, impulsándose para levantarse. Volkov resopló. —¿Qué necesita?
—¿Y ese tono? -inquirió al notar la molestia en la voz del comisario, aquel rodó los ojos, sin ganas de responder y agradecía que sus gafas lo ayudaran a ocultar su malestar. —Volkov, vine por ti y te portas así, ¿qué pasa?
—Nada Horacio, solo estoy estresado por la reunión y demás.
Horacio, inconforme con las respuestas y notar la tensión en sus hombros, decidió brindarle un par de masajes, notando aun más la tensión del comisario y empezó a preocuparlo al ver su ceño fruncido. El agente decidió quitarse el pasamontaña de la cara, sentándose frente a él y mirarlo filo.
Volkov ignoró la mirada por unos minutos, pero luego fue difícil continuar y se vio obligado a entrar a su lucha visual, aquellos ojos bicolores denotaban diversión mientras el ruso solo nervios.
—¿Estás celoso? -pronunció burlón, alzando una ceja y el comisario no respondió, si era lo que pensaba, iba a sacar información. —Vamos comisario bombón, solo tiene que admitirlo.
—Horacio, solo intento hacer mi trabajo y me distrae. -intentó desviar el tema, volviendo a los informes, pero fueron bajados por la propia mano del moreno, mirándolo comprensivo.
Horacio más que nadie conocía al comisario, hacía visto la misma escena de "celos" hace unos años atrás, pero aquí ya no preguntaba, solo se quedaba callado. Y no iba a permitir que dudara de eso, de su cariño.
En vez de obligarlo, solo se inclinó, besando su frente con cariño, sorprendiendo a Volkov quién quedó inmóvil, luego llevó su mano a su frente, mirando filo al de cresta quién sonreía, retirándose de la sala.
Pero el ruso fue más astuto, deteniéndolo en la puerta con la mano, colocándolo seguro y obligando que el de cresta girara, besando sus labios firme y seguro, tocando su rostro como lo más valioso que tenía mientras que Horacio continuaba sorprendido, siguiéndolo a medias.
El comisario se separó, apartando los mechones caídos del director de su frente con cariño, sonriendo. —Vale lo estoy, perdóneme, Horacio.
Aquel parecía centellear sus ojos, abrazándolo con cariño y fuerza, notando ambos latidos de su corazón en su pecho. —Yo lo quiero a usted, solo a usted, no lo dude.
Estaba seguro que no volvería a pasar de nuevo.
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Un poco de OS's ✅
Fiksi PenggemarOS= Escritos cortos Generalmente oneshot's/au's de Volkacio. Libro acabado ♥ PROHIBIDO PLAGIAR LAS PARTES PUBLICADAS FRAGMENTOS ACERCA DE LOS PERSONAJES DE SPAINRP/INFAMESRP