21

2.7K 88 5
                                        

La entrada a la discoteca estaba repleta de gente que no pasaron por desapercibido que había llegado. Las fotos y los gritos se empezaban a escuchar incitando a que me hiciera alguna foto con alguno de ellos.

Paula tapó su cara mientras agarraba mi mano intentando entrar en los cientos de cuerpos que buscaban algún que otro contacto conmigo. Agaché mi cabeza en un intento de escabullirme a la vez que dedicaba sonrisas a las personas que gritaban por mi presencia.

Era increíble como la gente podía verme como una clase de ídolo o tener algún tipo de admiración hacia mi. Para mi todo esto aún era bastante reciente, la fama y los fans. Todo esto en un período tan corto de tiempo es jodidamente difícil de asimilar.

Paula siguió guiandome hasta que salimos de todo el bulto de gente y llegamos a otra parte de la discoteca mucho más privada y para mi suerte, con mucha menos gente.

Levante mi cabeza observando al DJ para luego posar mi vista en mi mejor amiga que venía con una grande sonrisa hacia mi.

–Por fin tías, pensaba que nos habiais dado plantón.

Ester nos saludó con un abrazo a cada una, nos dirigió a el gran sofá en el que estaban todos mis amigos, riendo, charlando y como no, bebiendo.

–Pero mira quien ha llegado!–Álvaro dejó un sonoro beso en mi mejilla cuando me senté junto con ellos.

–Paula que alegría de verte, que bien que estés aqui!–Exclamó Danna abrazando a mi amiga que recibió su abrazo gustosa.

–Tenía que venir.–Sonrió echandome una mirada rápida.–Para controlar algunas cosillas.

Su sonrisa de autosuficiencia dejaba en claro que se refería al rapado, que no había hablado desde que llegamos.
Pero que no hablara no significaba que esta ausente, su mirada recorría cada parte de mi cuerpo, quemando e incluso achicharrando. Sería hipócrita decir que no tenía ganas de lanzarme a él en este instante, porque tenía unas ganas como nunca y al parecer él también.

–Que os parece si pido unas copas para vosotras?

Mina rompió el hielo al ver la tensión sexual que se había creado en el ambiente con sólo dos miradas. Por supuesto, entre el y yo, ya que no se por cuanto tiempo nos quedamos mirando que Paula había desaparecido junto con Ester, dejando un hueco a mi lado.

Asentí hacia Mina que sonrió en respuesta.

–Y a mí no me compras unas?!–Gritó Itzan riendo casi cayendo en los brazos de Miguel.

Reí por la expresión sería de Miguel agarrando los brazos de Itzan para sentarlo a mi lado.

–Tú ya has bebido demasiado, además que no te podemos dar más de cinco copas que siempre la estas formando.–Añadió Omar haciéndome reír.

Itzan protestó unas cuantas veces hasta que Mina llegó con mi copa. Me la pasó, agarrandola con mi mano y enseguida la tentación se apoderó de mi.

Normalmente, no solía beber mucho porque odiaba el sentimiento de resaca al día siguiente. Pero el calor sofocante de la discoteca y la penetrante mirada de Aron, hacia que esa Copa de sustancia desconocida para mi, fuera de lo más irresistible. Me llevé el cristal a mis labios empezando a beber, sintiendo el frío líquido deslizar por mi tráquea varias veces.

Hasta que no baje el brazo no sentí la picazón del alcohol en mi garganta. Pero en ese momento, lo único en lo que pensaba era en el calor que me proporcionaba la discoteca, el diminuto vestido que llevaba y la acalorada mirada del chico que no perdía puntada de lo que estaba haciendo.

YOUR VIBE. (Arón Piper) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora