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Un mes después.



-Estoy segura de que va a ser un gran hit.-Animé a mi chico por teléfono llegando al portal de mi casa.

-Eso espero porque no he parado de trabajar con Miguel. Ha sido complicadísimo, entre el estudio y Élite, estoy que no doy a basto.-Suspiró.-Tú debes de estar igual, tienes la serie y las pasarelas.

Sonreí inconsciente colocando mi bolso en una mejor posición para agarrar las bolsas del supermercado con más facilidad.

-Si bueno, al final todos estamos hasta arriba de trabajo, pero eso es increíble, no hemos parado de trabajar ni un segundo.-Intenté verlo de una manera positiva.

Más tarde, intercambiamos un par de palabras más hasta que llegué a la puerta de mi piso.

Puse el móvil en mi bolso y saqué las llaves de mi casa, sin dejar las bolsas en ningún momento, abrí como pude la puerta y la cerré con el pie.

Dejé las bolsas en la cocina y solté un suspiro que no sabía que había estado conteniendo.

-Hola.

Me sobresalté al escuchar la voz, colocando mi mano en el corazón para darme la vuelta y ver la cara de mi madre sonriente.

-Ma-mamá-Tartamudeé recuperandome del susto.-Que haces aquí, en mi casa?

Sonrió acercándose a mi para darme un abrazo que le devolví gustosa.

-Pues que crees, ver a mi hija que ya no sale de la capital!-Exclamó separándose de mi para mirar al rededor del apartamento con atención.-Te ha quedado muy bonito, el suelo de madera, cocina de mármol, sofá de piel... Te ha tenido que costar un ojo de la cara.

Iba a reprochar que en realidad no costó tanto cuando sentí que me agarraban por detrás en forma de abrazo.

-Noah!-Mencioné el nombre de mi hermano cuando reconocí su perfil.-Se supone que va a aparecer papá ahora? Como mierda habeis entrado?

Pregunté aturdida separándome de mi hermano, el chico era tan grande que me agobiaba el tenerlo encima.

-Papá está trabajando y le hemos pedido la llave al primo Óscar.-Respondió éste yendo al sofá para tirarse encima.

Oís eso? Es mi corazón latiendo desenfrenadamente al ver cómo acaba de tratar a mi precioso sofá.

-Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.-Sonrió mi madre tocandome la cara de forma cariñosa.

Sonreí algo incómoda por la situación. No es que no me gustara tener a mi familia cerca, claro que si. Pero esta es mi casa, es mi espacio y acabo de ver maletas en el Salón y eso si que no me hace gracia.

-Wow, Mahoma se podría haber estado quietecito.-Hice una pausa.-Que son esas maletas?

Las señalé y la sonrisa de mi madre se ensanchó.

-Venimos a quedarnos cuatro días contigo, no es genial?-Preguntó con entusiasmo.

Ahora yo debo de estar feliz?

-Mamá, casi que no estoy en casa, deberíais haberme avisado y yo lo hubiera movido todo de alguna manera...

-Si claro, llevamos seis meses sin vernos y has estado diciendo eso durante ese tiempo y nunca haces nada.-Reprochó.

-Y no has pensado que es porque no tengo tiempo?- pregunté de manera molesta.

-Pero si tenías tiempo para irte de viaje a una isla de no se dónde!

YOUR VIBE. (Arón Piper) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora